En Bolonia, en la Emilia, beata Diana de Andaló, virgen, la cual, superando todas las dificultades que le anteponía su familia, prometió ante santo Domingo abrazar la vida claustral e ingresó en el monasterio de Santa Inés, que ella misma había fundado.
Existe una “Crónica” auténtica sobre beata Diana. Junto con las beatas Cecilia Cesarini y Amada de Bolonia. Diana, pertenecía a la familia de los Carbonesi y los Lovello, ya que hermanos suyos han pasado a la historia de la ciudad, siendo uno de ellos “senador” de Roma. Y había nacido en la ciudad; después de haber pasado una juventud algo mundana abrazó la vida religiosa contra los deseos de su familia: sus hermanos la rompieron una costilla, pero como no pudieron romper su voluntad la ayudaron a fundar su monasterio.
Diana había conocido al beato Reginaldo de Orleans, que santo Domingo de Guzmán había enviado a Bolonia para fundar los frailes dominicos. Tenía 17 años cuando ingresó en la vida religiosa. Conoció a santo Domingo que la encargó la fundación de un monasterio femenino en Bolonia, pero Domingo murió, y le sucedió el beato Jordán de Sajonia, quién, convenció a Diana para que fundase el monasterio dominicas de clausura que se llamará de Santa Inés, y con quien mantendrá una larga y fructuosa correspondencia.
Fue en este monasterio cuando se juntó con la beata Cecilia, que venía del recién fundado monasterio de San Sixto de Roma. Diana será la priora del monasterio hasta su muerte que la sucederá Cecilia.
Las dos monjas, Cecilia y Amata, quedaron íntimamente asociadas con Diana; las dos fueron sepultadas en la tumba de Diana, y las tres fueron beatificadas al mismo tiempo, el 24 de diciembre de 1891 por el papa León XIII. De Amata no se sabe nada, y de hecho, aunque autorizado su culto para la Orden de Predicadores, no está inscripta en el Martirologio Romano; pero sí de Cecilia, que era descendiente de la noble familia romana de los Cesarini y, en todos sentidos, una mujer notable.
Existe una “Crónica” auténtica sobre beata Diana. Junto con las beatas Cecilia Cesarini y Amada de Bolonia. Diana, pertenecía a la familia de los Carbonesi y los Lovello, ya que hermanos suyos han pasado a la historia de la ciudad, siendo uno de ellos “senador” de Roma. Y había nacido en la ciudad; después de haber pasado una juventud algo mundana abrazó la vida religiosa contra los deseos de su familia: sus hermanos la rompieron una costilla, pero como no pudieron romper su voluntad la ayudaron a fundar su monasterio.
Diana había conocido al beato Reginaldo de Orleans, que santo Domingo de Guzmán había enviado a Bolonia para fundar los frailes dominicos. Tenía 17 años cuando ingresó en la vida religiosa. Conoció a santo Domingo que la encargó la fundación de un monasterio femenino en Bolonia, pero Domingo murió, y le sucedió el beato Jordán de Sajonia, quién, convenció a Diana para que fundase el monasterio dominicas de clausura que se llamará de Santa Inés, y con quien mantendrá una larga y fructuosa correspondencia.
Fue en este monasterio cuando se juntó con la beata Cecilia, que venía del recién fundado monasterio de San Sixto de Roma. Diana será la priora del monasterio hasta su muerte que la sucederá Cecilia.
Las dos monjas, Cecilia y Amata, quedaron íntimamente asociadas con Diana; las dos fueron sepultadas en la tumba de Diana, y las tres fueron beatificadas al mismo tiempo, el 24 de diciembre de 1891 por el papa León XIII. De Amata no se sabe nada, y de hecho, aunque autorizado su culto para la Orden de Predicadores, no está inscripta en el Martirologio Romano; pero sí de Cecilia, que era descendiente de la noble familia romana de los Cesarini y, en todos sentidos, una mujer notable.
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