viernes, 7 de agosto de 2020

San Sixto II Papa y compañeros


Memoria de santos Sixto II, papa, y compañeros mártires. El papa Sixto, mientras celebraba los sagrados misterios enseñando a los hermanos los preceptos divinos, por orden del emperador Valeriano, fue de repente arrestado por los soldados y decapitado el 6 de agosto; con él sufrieron martirio cuatro diáconos, sepultados junto al pontífice en Roma en el cementerio de Calixto en la vía Appia. En el mismo día también los santos Agapito y Felicisimo, sus diáconos, murieron en el cementerio de Pretextato, donde fueron sepultados. 

Nació en Atenas. Subió al pontificado unos días después del edicto de persecucón de Valeriano, sucediendo a san Esteban I. Aunque se sintiera vigilado, Sixto se las ingenió para regular las tensas relaciones existentes entre la Sede romana y algunas Iglesias del Norte de África y Asia Menor. Heredó de su antecesor la polémica sobre el bautismo a los herejes, Sixto se mantuvo firme y conciliador sobre la doctrina tradicional de la validez del bautismo como único sacramento sin necesidad de volverlo a realizar, como también sostenía san Cipriano. 

El emperador Valeriano proclamó un segundo edicto más riguroso contra los cristianos en el 258, la persecución se cebó en la Iglesia romana y diezmó a sus dirigentes, empezando por el mismo Pontífice. Mientras predicaba en las catacumbas de Pretextato, durante la celebración litúrgica, fue capturado y martirizado junto con sus diáconos Agapito y Felicísimo. 

San Cipriano dijo lacónicamente: "Sixto ha sido muerto en el cementerio el 6 de Agosto, y cuatro diáconos han muerto con él"; y la inscripción del papa san Dámaso: "En el tiempo en que la espada desgarró las vísceras de la madre (Iglesia), yo, el pastor aquí sepultado, enseñaba los mandamientos del cielo. Llegan de improviso y se apoderan de mí mientras estoy sentado en mi cátedra; habían sido mandado unos soldados, y el pueblo tendió el cuello a su espada. El anciano vio enseguida que deseaba recibir en su lugar la palma del martirio, y fue el primero que ofreció su cabeza, a fin de que el impaciente furor de los enemigos no descargara sobre ningún otro. Cristo, que recompensa con la vida eterna, manifiesta el mérito del pastor y toma consigo al rebaño". 

El Martirologio Romano anterior a 1970 conmemoraba junto a él a los subdiáconos Esteban, Jenaro, Magno, Vicente y un cierto Cuarto, todos mártires. Fue enterrado en el cementerio de Calixto. Su nombre fue introducido en el Canon de la misa.

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