Memoria de los santos Cirilo, monje, y Metodio, obispo, hermanos nacidos en Tesalónica, que fueron enviados a Moravia por el obispo Focio de Constantinopla para predicar la fe cristiana, y allí inventaron signos propios para traducir del griego a la lengua eslava los libros sagrados. En un viaje que hicieron a Roma, Cirilo, que antes se llamaba Constantino, enfermó y, habiendo profesado como monje, descansó en el Señor en este día.
Los dos hermanos nacieron en Tesalónica en el seno de una noble familia bizantina. Conocían el eslavo que en aquel tiempo se hablaba en Macedonia, y recibieron una esmeradísima instrucción en Constantinopla donde Cirilo (entonces llamado Constantino) (c.827 - 869), enseñaba en la universidad de Constantinopla, además era bibliotecario del patriarca de Constantinopla, san Ignacio, y recibió el sobrenombre del "el Filósofo". A los 28 años dejó todo y se hizo monje junto con su hermano Metodio.
Metodio (que se llamaba Miguel) (c.815 - 885), era gobernador o arconte de una provincia del Imperio de Bizancio, poblada por eslavos (tal circustancia le permitió entrar en contacto con la lengua y la cultura de ese pueblo, de los cuales se servirá más tarde en su obra de evangelización). Con 40 años, dejó todos los cargos políticos y se hizo monje en Bitinia, en el monte Olimpo y llegó a ser "hegúmeno" (superior).
La primera misión que se les confió fue donde los cátaros de Crimea, en una misión mitad religiosa, mitad para asegurar la paz en las fronteras del Imperio. Los cátaros eran mitad judíos mitad musulmanes, parece que la presencia de Cirilo, fue importante en cuanto a la evangelización y la misión política. Allí encontraron las reliquias del papa san Clemente I.
Luego el príncipe Ratislaw pidió, al emperador Miguel III, sacerdotes que hablaran eslavo, por lo que Cirilo y Metodio se trasladaron a Moravia en el 863. Allí propagaron con rapidez el cristianismo; Cirilo inventó una escritura para el eslavo (aunque el llamado alfabeto cirílico es obra de un discípulo suyo posterior); vertieron los Evangelios a esta lengua y la utilizaron también en la liturgia. No tardaron en chocar con los obispos alemanes por problemas con la liturgia eslava, la cuestión se complica con el cisma de Focio, que fue maestro de Cirilo. Los dos hermanos fueron a Roma para justificarse, ante el papa Adriano II, que los invitó a celebrar en eslavo la liturgia en la Eucaristía celebrada en honor del traslado de las reliquias de san Clemente; de este modo el Pontífice sancionaba su trabajo. En Roma murió Cirilo, con 42 años, después de haber hecho la profesión monástica y tomar el nombre de Cirilo por el que es reconocido.
Muerto su hermano, Metodio, regresó a sus misiones en Hungría, Checoslovaquia, Polonia, Bulgaria y Rusia; volvió más tarde a Roma donde fue nombrado obispo de Moravia y Panonia, por el papa Adriano II, con sede recuperada en Sirmio, y al mismo tiempo fue nombrado Legado apostólico de los eslavos. Tendrá que seguir luchando con los prelados alemanes, sufrir cautiverio y ver que se prohibía la liturgia eslava, finalmente autorizada por Juan VIII en la carta pontificia "Industriae tuae", del 880, el uso de la lengua eslava en la liturgia preparada por los dos hermanos. Fue un gran controversista y con grandes dotes de humor, se cuenta que discutiendo un día, uno le preguntó: "¿Por qué ha la frente llena de sudor? y él contestó - porque estoy discutiendo con un idiota".
Las dificultades no desaparecieron, y Roma, para buscar la concordia, asignó como auxiliar de Metodio a un alemán, Wiching, que le creó muchas dificultades, de manera, que a la muerte de Metodio, este alemán, convenció al papa Esteban V, de que Metodio había sido condenado por su antecesor Juan VIII. El caso es que los discípulos de éste fueron perseguidos y la liturgia en eslavo proscrita en Centroeuropa. Afortunadamente los expulsados se reunieron en los dominios de Boris de Bulgaria, de hecho que en esta nación se afianzará la obra de los hermanos, gracias a la labor de los discípulos de Metodio: santos Goradz, Nahúm, Saba, Angelario y Clemente de Ochrida. Murió a los 75 años.
La fiesta de los santos Cirilo y Metodio, que se había celebrado desde antiguo en la región donde trabajaron, fue extendida a toda la Iglesia de Occidente por el Papa León XIII en 1880. Por tratarse de dos orientales que trabajaron en estrecha colaboración con la Santa Sede, se los considera como patronos especiales de la unidad de la Iglesia y de las obras que se dedican a promover la unión con las Iglesias eslavas disidentes. Los católicos checos, eslavos y croatas, así como los servios y búlgaros ortodoxos, les profesan especial devoción. Los nombres de los dos santos aparecen en la preparación de la misa bizantina de rito eslavo. Juan Pablo II, con la carta apostólica «Egregiae virtutis», del 31 de diciembre de 1980, los proclamó -junto con san Benito de Nursia- patronos de Europa, y presentó sus figuras de evangelizadores por medio de la encíclica «Slavorum apostoli», de 1985.
Los dos hermanos nacieron en Tesalónica en el seno de una noble familia bizantina. Conocían el eslavo que en aquel tiempo se hablaba en Macedonia, y recibieron una esmeradísima instrucción en Constantinopla donde Cirilo (entonces llamado Constantino) (c.827 - 869), enseñaba en la universidad de Constantinopla, además era bibliotecario del patriarca de Constantinopla, san Ignacio, y recibió el sobrenombre del "el Filósofo". A los 28 años dejó todo y se hizo monje junto con su hermano Metodio.
Metodio (que se llamaba Miguel) (c.815 - 885), era gobernador o arconte de una provincia del Imperio de Bizancio, poblada por eslavos (tal circustancia le permitió entrar en contacto con la lengua y la cultura de ese pueblo, de los cuales se servirá más tarde en su obra de evangelización). Con 40 años, dejó todos los cargos políticos y se hizo monje en Bitinia, en el monte Olimpo y llegó a ser "hegúmeno" (superior).
La primera misión que se les confió fue donde los cátaros de Crimea, en una misión mitad religiosa, mitad para asegurar la paz en las fronteras del Imperio. Los cátaros eran mitad judíos mitad musulmanes, parece que la presencia de Cirilo, fue importante en cuanto a la evangelización y la misión política. Allí encontraron las reliquias del papa san Clemente I.
Luego el príncipe Ratislaw pidió, al emperador Miguel III, sacerdotes que hablaran eslavo, por lo que Cirilo y Metodio se trasladaron a Moravia en el 863. Allí propagaron con rapidez el cristianismo; Cirilo inventó una escritura para el eslavo (aunque el llamado alfabeto cirílico es obra de un discípulo suyo posterior); vertieron los Evangelios a esta lengua y la utilizaron también en la liturgia. No tardaron en chocar con los obispos alemanes por problemas con la liturgia eslava, la cuestión se complica con el cisma de Focio, que fue maestro de Cirilo. Los dos hermanos fueron a Roma para justificarse, ante el papa Adriano II, que los invitó a celebrar en eslavo la liturgia en la Eucaristía celebrada en honor del traslado de las reliquias de san Clemente; de este modo el Pontífice sancionaba su trabajo. En Roma murió Cirilo, con 42 años, después de haber hecho la profesión monástica y tomar el nombre de Cirilo por el que es reconocido.
Muerto su hermano, Metodio, regresó a sus misiones en Hungría, Checoslovaquia, Polonia, Bulgaria y Rusia; volvió más tarde a Roma donde fue nombrado obispo de Moravia y Panonia, por el papa Adriano II, con sede recuperada en Sirmio, y al mismo tiempo fue nombrado Legado apostólico de los eslavos. Tendrá que seguir luchando con los prelados alemanes, sufrir cautiverio y ver que se prohibía la liturgia eslava, finalmente autorizada por Juan VIII en la carta pontificia "Industriae tuae", del 880, el uso de la lengua eslava en la liturgia preparada por los dos hermanos. Fue un gran controversista y con grandes dotes de humor, se cuenta que discutiendo un día, uno le preguntó: "¿Por qué ha la frente llena de sudor? y él contestó - porque estoy discutiendo con un idiota".
Las dificultades no desaparecieron, y Roma, para buscar la concordia, asignó como auxiliar de Metodio a un alemán, Wiching, que le creó muchas dificultades, de manera, que a la muerte de Metodio, este alemán, convenció al papa Esteban V, de que Metodio había sido condenado por su antecesor Juan VIII. El caso es que los discípulos de éste fueron perseguidos y la liturgia en eslavo proscrita en Centroeuropa. Afortunadamente los expulsados se reunieron en los dominios de Boris de Bulgaria, de hecho que en esta nación se afianzará la obra de los hermanos, gracias a la labor de los discípulos de Metodio: santos Goradz, Nahúm, Saba, Angelario y Clemente de Ochrida. Murió a los 75 años.
La fiesta de los santos Cirilo y Metodio, que se había celebrado desde antiguo en la región donde trabajaron, fue extendida a toda la Iglesia de Occidente por el Papa León XIII en 1880. Por tratarse de dos orientales que trabajaron en estrecha colaboración con la Santa Sede, se los considera como patronos especiales de la unidad de la Iglesia y de las obras que se dedican a promover la unión con las Iglesias eslavas disidentes. Los católicos checos, eslavos y croatas, así como los servios y búlgaros ortodoxos, les profesan especial devoción. Los nombres de los dos santos aparecen en la preparación de la misa bizantina de rito eslavo. Juan Pablo II, con la carta apostólica «Egregiae virtutis», del 31 de diciembre de 1980, los proclamó -junto con san Benito de Nursia- patronos de Europa, y presentó sus figuras de evangelizadores por medio de la encíclica «Slavorum apostoli», de 1985.
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