Santa Juliana de Lieja (también conocida como Santa Juliana de Cornillon) (Retinnes, Lieja, Bélgica, 1193 - Fosses-la-Ville, 5 de abril de 1258) fue una monja, reconocida por la Iglesia Católica como santa. Dedicó gran parte de su vida a promover la devoción del Corpus Christi, cuya fiesta se estableció en 1264, a los 9 años de su muerte, por el papa Urbano IV.(Discurso de Benedicto XVI sobre santa Juliana de Lieja)
Nació en Retinne (comuna de Fléron); a la edad de 5 años perdió a sus padres, Henri y Frescende, ricos agricultores. Fue confiada entonces, junto con su hermana Agnes, a la leprosería-convento de Mont-Cornillon de Liejanota 1 para ser educada por las religiosas. Esta leprosería-convento es conocida por un documento de 1176, en el cual se le impuso un reglamento por los burgueses, después de constatar que era pobre en entradas económicas, pero que la situación mejoró gracias a las donaciones de ciertas personas. Comprendía cuatro comunidades: los hombres enfermos y los hombres sanos, las mujeres enfermas y las mujeres sanas. Las cuatro comunidades vivían bajo la dirección de dos priores, un hombre (sacerdote) y una mujer, en la observancia del celibato, la oración y compartir los bienes, sin poseer una regla religiosa fija.
A la edad de 14 años, Juliana fue admitida al convento, recibiendo el velo en 1206. Estudió latín y el francés necesario para leer a los Padres de la Iglesia; logrando así leer sin dificultad a San Agustín y San Bernardo.
A partir de 1209, tuvo frecuentes visiones místicas. Su atención estaba particularmente orientada hacia la Eucaristía. En una de sus visiones más recurrentes veía una Luna oscurecida, es decir, resplandeciente, pero incompleta, con una banda negra que la dividía en dos partes iguales; esto se interpretaba con el hecho de que faltaba una fiesta en el calendario litúrgico. La fiesta del Santísimo Sacramento debía ser instituida para reanimar la fe de los fieles y para expiar las faltas cometidas contra este Sacramento. A partir de estas revelaciones, intentó por todos los medios la institución de una fiesta solemne en honor al Santo Sacramento. Fue ayudada por la beata Eva de Lieja.
En 1222, Juliana fue elegida como priora de Mont Cornillon, continuando con los preparativos para la instauración del Corpus Christi, pidiendo consejos a personalidades eminentes de la época, como Jean de Lausanne, canónigo de Saint Martin, Jacques Pantaleon, archidiácono de Lieja, Guy, obispo de Cambrai, y al futuro papa Urbano IV, y también a brillantes teólogos dominicos, como Hugo de Saint Cher. La fiesta fue celebrada por primera vez por el príncipe-obispo Robert de Tourote.
Los burgueses de Lieja se opusieron a la celebración porque significaba un día de descanso más para la población y ciertos religiosos consideraban que tal fiesta no merecía unos gastos tan altos. La oposición se fortaleció en 1246; Juliana tuvo que dejar su convento y pasó de monasterio en monasterio. Encontró entonces refugio en varias abadías cistercienses, pasando por Val Benoît, Huy y Salzinnes.
Murió el 5 de abril de 1258 en Fosses-la-Ville, y fue inhumada en la abadía cisterciense de Villers-La-Ville.
Si bien no se ha demostrado que haya vivido bajo la Regla de San Agustín (la Orden de San Agustín como tal nació poco antes de ella morir, y en esta familia religiosa no se guarda su memoria), permanece en gran veneración en la Orden del Cister, tanto por el apoyo que los padres cistercienses le dieron para llevar a cabo su misión, como por su devoción a San Bernardo, cuyos sermones sobre el Cantar de los Cantares recitaba constantemente, al punto de saberse este libro bíblico casi de memoria.
Bajo su impulso, la Fiesta de la Eucaristía (Corpus Christi) fue instaurada en Europa, primero (en 1246) en la diócesis de Lieja, regida por el obispo [Roberto de Theorette] que falleció unos meses antes de la primera celebración, después el papa Urbano IV instituyó la fiesta a toda la Iglesia con la bula Transiturus de hoc mundo, el 11 de agosto de 1264 (The Feast of Corpus Christi By Barbara R. Walters, Published by Penn State Press, 2007 ISBN 0-271-02924-2 page 12). Esta fiesta no fue reconocida en todas las iglesias latinas hasta el tiempo de Clemente V; durante el Concilio de Vienne (1311) se renovó la constitución de Urbano IV.
Nació en Retinne (comuna de Fléron); a la edad de 5 años perdió a sus padres, Henri y Frescende, ricos agricultores. Fue confiada entonces, junto con su hermana Agnes, a la leprosería-convento de Mont-Cornillon de Liejanota 1 para ser educada por las religiosas. Esta leprosería-convento es conocida por un documento de 1176, en el cual se le impuso un reglamento por los burgueses, después de constatar que era pobre en entradas económicas, pero que la situación mejoró gracias a las donaciones de ciertas personas. Comprendía cuatro comunidades: los hombres enfermos y los hombres sanos, las mujeres enfermas y las mujeres sanas. Las cuatro comunidades vivían bajo la dirección de dos priores, un hombre (sacerdote) y una mujer, en la observancia del celibato, la oración y compartir los bienes, sin poseer una regla religiosa fija.
A la edad de 14 años, Juliana fue admitida al convento, recibiendo el velo en 1206. Estudió latín y el francés necesario para leer a los Padres de la Iglesia; logrando así leer sin dificultad a San Agustín y San Bernardo.
A partir de 1209, tuvo frecuentes visiones místicas. Su atención estaba particularmente orientada hacia la Eucaristía. En una de sus visiones más recurrentes veía una Luna oscurecida, es decir, resplandeciente, pero incompleta, con una banda negra que la dividía en dos partes iguales; esto se interpretaba con el hecho de que faltaba una fiesta en el calendario litúrgico. La fiesta del Santísimo Sacramento debía ser instituida para reanimar la fe de los fieles y para expiar las faltas cometidas contra este Sacramento. A partir de estas revelaciones, intentó por todos los medios la institución de una fiesta solemne en honor al Santo Sacramento. Fue ayudada por la beata Eva de Lieja.
En 1222, Juliana fue elegida como priora de Mont Cornillon, continuando con los preparativos para la instauración del Corpus Christi, pidiendo consejos a personalidades eminentes de la época, como Jean de Lausanne, canónigo de Saint Martin, Jacques Pantaleon, archidiácono de Lieja, Guy, obispo de Cambrai, y al futuro papa Urbano IV, y también a brillantes teólogos dominicos, como Hugo de Saint Cher. La fiesta fue celebrada por primera vez por el príncipe-obispo Robert de Tourote.
Los burgueses de Lieja se opusieron a la celebración porque significaba un día de descanso más para la población y ciertos religiosos consideraban que tal fiesta no merecía unos gastos tan altos. La oposición se fortaleció en 1246; Juliana tuvo que dejar su convento y pasó de monasterio en monasterio. Encontró entonces refugio en varias abadías cistercienses, pasando por Val Benoît, Huy y Salzinnes.
Murió el 5 de abril de 1258 en Fosses-la-Ville, y fue inhumada en la abadía cisterciense de Villers-La-Ville.
Si bien no se ha demostrado que haya vivido bajo la Regla de San Agustín (la Orden de San Agustín como tal nació poco antes de ella morir, y en esta familia religiosa no se guarda su memoria), permanece en gran veneración en la Orden del Cister, tanto por el apoyo que los padres cistercienses le dieron para llevar a cabo su misión, como por su devoción a San Bernardo, cuyos sermones sobre el Cantar de los Cantares recitaba constantemente, al punto de saberse este libro bíblico casi de memoria.
Bajo su impulso, la Fiesta de la Eucaristía (Corpus Christi) fue instaurada en Europa, primero (en 1246) en la diócesis de Lieja, regida por el obispo [Roberto de Theorette] que falleció unos meses antes de la primera celebración, después el papa Urbano IV instituyó la fiesta a toda la Iglesia con la bula Transiturus de hoc mundo, el 11 de agosto de 1264 (The Feast of Corpus Christi By Barbara R. Walters, Published by Penn State Press, 2007 ISBN 0-271-02924-2 page 12). Esta fiesta no fue reconocida en todas las iglesias latinas hasta el tiempo de Clemente V; durante el Concilio de Vienne (1311) se renovó la constitución de Urbano IV.
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