Fundadora de las Hermanas de la Sagrada Familia de Savigliano
Nació en Savigliano, provincia de Cuneo, diócesis de Turín, el 5 de septiembre de 1843, hija de Domingo Bonino y Josefa Ricci. Educada religiosamente en el hogar, aprende, de las palabras y el ejemplo de sus padres, amor, respeto y generosidad para con los pobres y necesitados.
Al trasladarse la familia a Turín, recibe la educación con las Hermanas de San José, progresando en su vida espiritual con la oración y los sacramentos. Vueltos a Savigliano, cuida a su padre enfermo hasta su muerte y continúa sus práctics de vida a cristiana.
A los 18 años había hecho voto temporal de castidad; ahora, con el deseo de desprenderse más de las comodidades familiares, ingresa a la Tercera Orden Carmelitana y luego a la Tercera Orden Franciscana. Se dedicó a la colaboración en las obras parroquiales. Enferma de una neoplasia en la columna vertebral, se sometió a una dolorosa cirugía sin que le obrara la anestesia aplicada. Su curación se considera milagrosa, y va a Lourdes en acción de gracias a la Sma. Virgen. Muerta su madre, se consagra a la obra “Colombo” a favor de las niñas huérfanas de Savignano, labor que es criticada por la “gente bien” de su pueblo natal.
Finalmente se decide a fundar un instituto religioso para la educación de las huérfanas, y su formación escolar y religiosa, y para el servicio de los enfermos pobres. Así, a la edad de 38 años viene a ser la Superiora de su Instituto, cargo que desempeñará con prudencia y sabiduría hasta su muerte. El 8 de septiembre de 1887 recibe aprobación diocesana su Instituto, y el 6 de octubre toma el hábito religioso y emite los votos con 11 compañeras, y toma el nombre de Josefina Gabriela de Jesús. Después de procurar el crecimiento de su Congregación, muere de pulmonía en Savona, conforme a su predicción, a la edad de 62 años, el 8 de febrero de 1906. Sus últimas palabras “¿Ha llegado el momento? Dios mío, que se cumpla en mí tu voluntad”. Luego, dice a las hermanas: “Rogad por mí!”. Beatificada por Juan Pablo II el 7 de mayo de 1995. Sus restos reposan en una capillita de la iglesia de la Casa madre de la Congregación, en Savigliano.
Nació en Savigliano, provincia de Cuneo, diócesis de Turín, el 5 de septiembre de 1843, hija de Domingo Bonino y Josefa Ricci. Educada religiosamente en el hogar, aprende, de las palabras y el ejemplo de sus padres, amor, respeto y generosidad para con los pobres y necesitados.
Al trasladarse la familia a Turín, recibe la educación con las Hermanas de San José, progresando en su vida espiritual con la oración y los sacramentos. Vueltos a Savigliano, cuida a su padre enfermo hasta su muerte y continúa sus práctics de vida a cristiana.
A los 18 años había hecho voto temporal de castidad; ahora, con el deseo de desprenderse más de las comodidades familiares, ingresa a la Tercera Orden Carmelitana y luego a la Tercera Orden Franciscana. Se dedicó a la colaboración en las obras parroquiales. Enferma de una neoplasia en la columna vertebral, se sometió a una dolorosa cirugía sin que le obrara la anestesia aplicada. Su curación se considera milagrosa, y va a Lourdes en acción de gracias a la Sma. Virgen. Muerta su madre, se consagra a la obra “Colombo” a favor de las niñas huérfanas de Savignano, labor que es criticada por la “gente bien” de su pueblo natal.
Finalmente se decide a fundar un instituto religioso para la educación de las huérfanas, y su formación escolar y religiosa, y para el servicio de los enfermos pobres. Así, a la edad de 38 años viene a ser la Superiora de su Instituto, cargo que desempeñará con prudencia y sabiduría hasta su muerte. El 8 de septiembre de 1887 recibe aprobación diocesana su Instituto, y el 6 de octubre toma el hábito religioso y emite los votos con 11 compañeras, y toma el nombre de Josefina Gabriela de Jesús. Después de procurar el crecimiento de su Congregación, muere de pulmonía en Savona, conforme a su predicción, a la edad de 62 años, el 8 de febrero de 1906. Sus últimas palabras “¿Ha llegado el momento? Dios mío, que se cumpla en mí tu voluntad”. Luego, dice a las hermanas: “Rogad por mí!”. Beatificada por Juan Pablo II el 7 de mayo de 1995. Sus restos reposan en una capillita de la iglesia de la Casa madre de la Congregación, en Savigliano.
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