Nació por el año 1410 en Mantua (Italia), entrando desde muy joven a formar parte de la Orden del Carmen. En su ciudad habían establecido, los carmelitas, recientemente, una célebre Reforma que produciría una pléyade de hombres y mujeres famosos por la ejemplaridad de sus vidas y por sus elocuentes escritos.
Esta Congregación Mantuana, aprobada aquelíos años -1442- por el papa, estaba en todo su apogeo de fervor y fecundidad, llegando a ser el Beato una de sus glorias junto con otros santos varones y ejemplares religiosas que la ilustraron en sus primeros tiempos.
Su actividad pastoral se centró durante casi toda su vida en el gobierno de la Cofradia mariana del Carmen, de la que fue padre espiritual.
Dejando en estas actividades el correspondiente sello de una auténtica santidad bien reconocida y fecunda.
Sabemos que desde 1452 -que ya era sacerdote- hasta su preciosa muerte -1495-, se dedicó de lleno a dar vida a esta Cofradía de la Virgen, que radicaba en la misma iglesia del Carmen. En 1460 fue nombrado director y padre espiritual.
Para el mejor gobierno de esta Cofradía, escribió una sencilla Regla, unos Estatutos y un Registro o Crónica de los hechos más notables.
El Señor dispuso que pasara por el crisol de la prueba enviándole una gravísima enfermedad, que aceptó con santa resignación.
La ciudad entera se conmovió como si temieran todos perder un miembro de su familia. Con actos fervorosísimos de amor se dispuso a recibir los últimos sacramentos y el santo viático. Luego todo fueron anhelos porentraren la gloria hasta que con la mayor serenidad entregó su espíritu al Señor.
Era el 5 de diciembre de 1445.
Desde su fallecimiento comenzó Dios a demostrar la santidad de su siervo con muchos prodigios y milagros.
Su cuerpo incorrupto se conserva en la catedral de Mantua en la capilla de la Virgen Coronada.
Pío X confirmó su culto el 18.3.1909.
Su fiesta se celebra el 5 de diciembre.
Su espiritualidad
Se le suele representar con un grupo de novicios a los que habla fervorosamente de la Santísima Eucaristía. Esta fue sin duda una de las notas más características de su espiritualidad.
Celebraba la Santa Misa con tanto recogimiento y devoc¡ón de lágrimas que edificaba grandemente. Toda ocasión le era oportuna para infundir en las almas sus amores eucarísticos, y sus mejores ratos, según decía, los pasaba haciendo compañía a su Señor sacramentado.
Otra devoción muy marcada del Beato fue la que profesó con la mayor ternura a la Santísima Virgen. En su honor ayunaba frecuentemente. La visitaba en sus altares y hablaba con entusiasmo de ella.
La vida de este Beato fue también según sus biógrafos vida de mortificación, de penitencia, de humildad y amor de Dios y del prójimo.
Era incansable en oír confesiones, en recordar a todos sus deberes y en exhortar a la práctica de una vida auténticamente cristiana. Su ascendiente moral y su influencia en la ciudad de Mantua llegó a ser considerable por su abnegación, sus consejos y sus ejemplos.
Tuvo especial don para reconciliar enemistados y conseguir el mutuo perdón.
Su mensaje
- que la Eucaristía sea siempre el centro de nuestras vidas.
- que el Sacramento del Amor sea amado y reverenciado por todos.
- que propaguemos e imitemos a Nuestra Sma. Madre.
- que sea nuestro lema: Jesús en el corazón y María en la mente".
Su oración
Oh Dios que hiciste del Beato Bartolomé un apóstol admirable del culto a la santísima Eucaristía y de la devoción a la Virgen María; concédenos que también nosotros sepamos hallar en ellos la misma abundancia de alimento espiritual que él encontró. Amén.
Esta Congregación Mantuana, aprobada aquelíos años -1442- por el papa, estaba en todo su apogeo de fervor y fecundidad, llegando a ser el Beato una de sus glorias junto con otros santos varones y ejemplares religiosas que la ilustraron en sus primeros tiempos.
Su actividad pastoral se centró durante casi toda su vida en el gobierno de la Cofradia mariana del Carmen, de la que fue padre espiritual.
Dejando en estas actividades el correspondiente sello de una auténtica santidad bien reconocida y fecunda.
Sabemos que desde 1452 -que ya era sacerdote- hasta su preciosa muerte -1495-, se dedicó de lleno a dar vida a esta Cofradía de la Virgen, que radicaba en la misma iglesia del Carmen. En 1460 fue nombrado director y padre espiritual.
Para el mejor gobierno de esta Cofradía, escribió una sencilla Regla, unos Estatutos y un Registro o Crónica de los hechos más notables.
El Señor dispuso que pasara por el crisol de la prueba enviándole una gravísima enfermedad, que aceptó con santa resignación.
La ciudad entera se conmovió como si temieran todos perder un miembro de su familia. Con actos fervorosísimos de amor se dispuso a recibir los últimos sacramentos y el santo viático. Luego todo fueron anhelos porentraren la gloria hasta que con la mayor serenidad entregó su espíritu al Señor.
Era el 5 de diciembre de 1445.
Desde su fallecimiento comenzó Dios a demostrar la santidad de su siervo con muchos prodigios y milagros.
Su cuerpo incorrupto se conserva en la catedral de Mantua en la capilla de la Virgen Coronada.
Pío X confirmó su culto el 18.3.1909.
Su fiesta se celebra el 5 de diciembre.
Su espiritualidad
Se le suele representar con un grupo de novicios a los que habla fervorosamente de la Santísima Eucaristía. Esta fue sin duda una de las notas más características de su espiritualidad.
Celebraba la Santa Misa con tanto recogimiento y devoc¡ón de lágrimas que edificaba grandemente. Toda ocasión le era oportuna para infundir en las almas sus amores eucarísticos, y sus mejores ratos, según decía, los pasaba haciendo compañía a su Señor sacramentado.
Otra devoción muy marcada del Beato fue la que profesó con la mayor ternura a la Santísima Virgen. En su honor ayunaba frecuentemente. La visitaba en sus altares y hablaba con entusiasmo de ella.
La vida de este Beato fue también según sus biógrafos vida de mortificación, de penitencia, de humildad y amor de Dios y del prójimo.
Era incansable en oír confesiones, en recordar a todos sus deberes y en exhortar a la práctica de una vida auténticamente cristiana. Su ascendiente moral y su influencia en la ciudad de Mantua llegó a ser considerable por su abnegación, sus consejos y sus ejemplos.
Tuvo especial don para reconciliar enemistados y conseguir el mutuo perdón.
Su mensaje
- que la Eucaristía sea siempre el centro de nuestras vidas.
- que el Sacramento del Amor sea amado y reverenciado por todos.
- que propaguemos e imitemos a Nuestra Sma. Madre.
- que sea nuestro lema: Jesús en el corazón y María en la mente".
Su oración
Oh Dios que hiciste del Beato Bartolomé un apóstol admirable del culto a la santísima Eucaristía y de la devoción a la Virgen María; concédenos que también nosotros sepamos hallar en ellos la misma abundancia de alimento espiritual que él encontró. Amén.
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