La hermana Miriam Teresa nació en Bayonne, Nueva Jersey en 1901, la más joven de los siete hijos de una familia católica rutena (de rito oriental) provenientes del este de Eslovaquia. Tuvo una vida breve pues murió a los 26 años, tras sufrir muchas enfermedades.
Desde joven estuvo vinculada a la congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Elizabeth, al principio a través del colegio de Santa Isabel y luego ingresó a la familia religiosa en 1925. Murió dos años después tras haberse destacado por la búsqueda de la perfección en la vida religiosa, por sus escritos espirituales, y su relación mística con el Señor.
Es autora del libro “Mayor perfección”, publicado póstumamente. Su causa de beatificación fue iniciada en la diócesis de Paterson en 1945. El Papa Benedicto XVI aprobó el decreto de sus virtudes heroicas y el Papa Francisco aprobó el decreto del milagro obrado por su intercesión el 17 de diciembre de 2013.
El Obispo de Paterson, Mons. Arthur Serratelli, escribió hace unos días que Miriam Teresa “se graduó de la secundaria pública local, disfrutaba la música, la poesía, el teatro y la danza apropiada para las jóvenes de su edad. Pero debajo de las experiencias ordinarias de la casa, la parroquia, la escuela y los amigos, estaba nutriendo una relación extraordinaria con Dios”.
“Su simplicidad, devoción y su oración dejaron una huella duradera en los que la conocieron. Su director espiritual inmediatamente reconoció su santidad única y le pidió escribir diversas conferencias para que él las pudiera dar a otras novicias”, dijo el Prelado.
Dios le dio la gracia de tener experiencias místicas y visiones, pero fue su constante esfuerzo por agradarle, incluso en las cosas más pequeñas, lo que la Iglesia “reconoce como ejemplo a seguir en el camino de la santidad. Su constante mensaje que todos estamos llamados a la santidad se anticipó a la enseñanza del Concilio Vaticano II”.
Se trata de un joven declarado ciego debido a la degeneración macular bilateral, cuya vista fue restaurada a partir de la oración con la intercesión de la hermana Miriam Teresa en 1964. El milagro se produjo en la arquidiócesis de Newark.
Las Hermanas de la Caridad fueron fundadas por Santa Elizabeth Ann Seton, en Maryland en 1809, en el espíritu de San Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillac. Se dedican a la educación, cuidados de salud, servicios sociales en 22 diócesis de los Estados Unidos y en El Salvador y Haití.
El 4 de octubre de 2014 se convirtió en la primera en ser beatificada en suelo de los Estados Unidos.
Desde joven estuvo vinculada a la congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Elizabeth, al principio a través del colegio de Santa Isabel y luego ingresó a la familia religiosa en 1925. Murió dos años después tras haberse destacado por la búsqueda de la perfección en la vida religiosa, por sus escritos espirituales, y su relación mística con el Señor.
Es autora del libro “Mayor perfección”, publicado póstumamente. Su causa de beatificación fue iniciada en la diócesis de Paterson en 1945. El Papa Benedicto XVI aprobó el decreto de sus virtudes heroicas y el Papa Francisco aprobó el decreto del milagro obrado por su intercesión el 17 de diciembre de 2013.
El Obispo de Paterson, Mons. Arthur Serratelli, escribió hace unos días que Miriam Teresa “se graduó de la secundaria pública local, disfrutaba la música, la poesía, el teatro y la danza apropiada para las jóvenes de su edad. Pero debajo de las experiencias ordinarias de la casa, la parroquia, la escuela y los amigos, estaba nutriendo una relación extraordinaria con Dios”.
“Su simplicidad, devoción y su oración dejaron una huella duradera en los que la conocieron. Su director espiritual inmediatamente reconoció su santidad única y le pidió escribir diversas conferencias para que él las pudiera dar a otras novicias”, dijo el Prelado.
Dios le dio la gracia de tener experiencias místicas y visiones, pero fue su constante esfuerzo por agradarle, incluso en las cosas más pequeñas, lo que la Iglesia “reconoce como ejemplo a seguir en el camino de la santidad. Su constante mensaje que todos estamos llamados a la santidad se anticipó a la enseñanza del Concilio Vaticano II”.
Se trata de un joven declarado ciego debido a la degeneración macular bilateral, cuya vista fue restaurada a partir de la oración con la intercesión de la hermana Miriam Teresa en 1964. El milagro se produjo en la arquidiócesis de Newark.
Las Hermanas de la Caridad fueron fundadas por Santa Elizabeth Ann Seton, en Maryland en 1809, en el espíritu de San Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillac. Se dedican a la educación, cuidados de salud, servicios sociales en 22 diócesis de los Estados Unidos y en El Salvador y Haití.
El 4 de octubre de 2014 se convirtió en la primera en ser beatificada en suelo de los Estados Unidos.
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