San Clodoaldo era nieto del Rey Clovis y Santa Clotilde. Después de la muerte del Rey, en 511, el reino fue dividido entre sus cuatro hijos. Ek segundo, Clodomiro de Orleans, murió trece años más tarde (524) en un batalla contra su primo, el Rey Gondomar de Burgundy (que acababa de asesinar a San Segismundo), dejando tres hijos para compartir sus dominios, el menor de los cuales era Clodoaldo.
Los huérfanos habían sido criados en París, por su abuela, Santa Clotilde, que les prodigó cuidados y cariño, mientras el reino era administrado por el tío de los niños, Childeberto de París. Cuando Clodoaldo tenía ocho años, Childeberto complotó con su hermano Clotario de Soissons, para apoderarse de la tierra mediante la eliminación de sus sobrinos. Mediante un emisario, le dio a su madre la elección entre matar a sus nietos o encerrarlos en un monasterio. El enviado de Childeberto tergiversó tanto la respuesta de Clotilde, que dio la impresión de que ella se había decidido por la muerte de los pequeños.
Clotario se apoderó del mayor Teobaldo, de diez años, y lo apuñaló. Lleno de miedo, el segundo, Guntario, buscó refugio junto a su tío Childeberto, cuyo corzón había quedado tan conmovido y afectado por el brutal asesinato de su sobrino Teobaldo, que trató de protejerlo. Pero Clotario desaprobó tal flaqueza. Arrancó a Guntario de los brazos de Childeberto y también lo mató. Cuando sus dos hermanos fueron asesinados, Clodoaldo, para salvarse, escapó y vivió escondido en Provenza. Los tíos sufrieron la misma suerte que habían impuesto a sus sobrinos. Se dice que Clodoaldo cortó su cabello con sus propias manos, parra demostrar su renuncia al mundo.
Cuando Clodoaldo tuvo la edad suficiente, decidió que ya había visto demasiado del mundo, la corte y la política. Pese a tener posibilidades de reconquistar su reino, renunció toda pretendió al trono haciéndose tonsurar voluntariamente, convirtiéndose así en monje. Luego se escondió en una ermita den donde aprendió a dominar sus pasiones mediante la oración y la penitencia.
Mas tarde, se puso bajo la disciplina de San Severino, un ermitaño que vivía cerca de París. Bajo la experimentada guía de su maestro, el ferviente novicio hizo grandes progresos en la perfección cristiana; pero sintiéndose perturbado por la proximidad de París, centro de poder, en donde él era conocido, volvió a Provenza, donde pasó algunos años y realizó varios milagros. Viendo que, pese a lo remoto de su ermita, no ganaba nada, pues eran muchos los que acudían a él en busca de guía y consejos, volvió a París, en donde fue recibido con alegría. A requerimiento de la gente, el Obispo Eusebio de París, lo ordenó sacerdote en 551.
Después de un tiempo, fundó y fue el Abad del monasterio de Nogent-sur-Seine cerca de Versailles, que ahora es una iglesia colegiada de canónigos regulares llamada San Clodoaldo. Hasta su muerte, a la edad de treinta y seis años (560), San Clodoaldo distribuyó generosamente sus riquezas entre los pobres y enseñaba infatigablemente a la gente que habitaba alrededor de Nogent.
Los huérfanos habían sido criados en París, por su abuela, Santa Clotilde, que les prodigó cuidados y cariño, mientras el reino era administrado por el tío de los niños, Childeberto de París. Cuando Clodoaldo tenía ocho años, Childeberto complotó con su hermano Clotario de Soissons, para apoderarse de la tierra mediante la eliminación de sus sobrinos. Mediante un emisario, le dio a su madre la elección entre matar a sus nietos o encerrarlos en un monasterio. El enviado de Childeberto tergiversó tanto la respuesta de Clotilde, que dio la impresión de que ella se había decidido por la muerte de los pequeños.
Clotario se apoderó del mayor Teobaldo, de diez años, y lo apuñaló. Lleno de miedo, el segundo, Guntario, buscó refugio junto a su tío Childeberto, cuyo corzón había quedado tan conmovido y afectado por el brutal asesinato de su sobrino Teobaldo, que trató de protejerlo. Pero Clotario desaprobó tal flaqueza. Arrancó a Guntario de los brazos de Childeberto y también lo mató. Cuando sus dos hermanos fueron asesinados, Clodoaldo, para salvarse, escapó y vivió escondido en Provenza. Los tíos sufrieron la misma suerte que habían impuesto a sus sobrinos. Se dice que Clodoaldo cortó su cabello con sus propias manos, parra demostrar su renuncia al mundo.
Cuando Clodoaldo tuvo la edad suficiente, decidió que ya había visto demasiado del mundo, la corte y la política. Pese a tener posibilidades de reconquistar su reino, renunció toda pretendió al trono haciéndose tonsurar voluntariamente, convirtiéndose así en monje. Luego se escondió en una ermita den donde aprendió a dominar sus pasiones mediante la oración y la penitencia.
Mas tarde, se puso bajo la disciplina de San Severino, un ermitaño que vivía cerca de París. Bajo la experimentada guía de su maestro, el ferviente novicio hizo grandes progresos en la perfección cristiana; pero sintiéndose perturbado por la proximidad de París, centro de poder, en donde él era conocido, volvió a Provenza, donde pasó algunos años y realizó varios milagros. Viendo que, pese a lo remoto de su ermita, no ganaba nada, pues eran muchos los que acudían a él en busca de guía y consejos, volvió a París, en donde fue recibido con alegría. A requerimiento de la gente, el Obispo Eusebio de París, lo ordenó sacerdote en 551.
Después de un tiempo, fundó y fue el Abad del monasterio de Nogent-sur-Seine cerca de Versailles, que ahora es una iglesia colegiada de canónigos regulares llamada San Clodoaldo. Hasta su muerte, a la edad de treinta y seis años (560), San Clodoaldo distribuyó generosamente sus riquezas entre los pobres y enseñaba infatigablemente a la gente que habitaba alrededor de Nogent.
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