¿ Sonreír?, costosos esfuerzos para dibujar tan sólo el amago de una tímida forma cóncava de los labios. Ya no es el caudal de miseria del que nos informan los medios día y noche llegando por los ojos a la recepción de la mente, (y es tan ácida y desaborida la reflexión de toda esa información diaria que al final acabas viviendo resignado), sino el biombo eterno del tedio y el aburrimiento al que nos condena un día a día de ostracismo el que me hace repudiar ya la existencia, mera inercia del vivir por el vivir. A veces también quiero pensar como vosotros y regodearme en el calor de vuestro acogedor consuelo, pero en mi mente siempre desgarrará la equidad del alma ese anhelo, ese ansia de saber que "no hay, y de que hay más"...
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¿ Sonreír?, costosos esfuerzos para dibujar tan sólo el amago de una tímida forma cóncava de los labios. Ya no es el caudal de miseria del que nos informan los medios día y noche llegando por los ojos a la recepción de la mente, (y es tan ácida y desaborida la reflexión de toda esa información diaria que al final acabas viviendo resignado), sino el biombo eterno del tedio y el aburrimiento al que nos condena un día a día de ostracismo el que me hace repudiar ya la existencia, mera inercia del vivir por el vivir.
A veces también quiero pensar como vosotros y regodearme en el calor de vuestro acogedor consuelo, pero en mi mente siempre desgarrará la equidad del alma ese anhelo, ese ansia de saber que "no hay, y de que hay más"...
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