La memoria del Corazón Inmaculado de la Bienaventurada Virgen María, acariciando en su corazón la memoria de los misterios de la salvación realizados en su Hijo, ella esperaba con confianza el cumplimiento en Cristo.
La fiesta del Inmaculado Corazón de María se celebra el sábado después de Corpus Christi. La Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús es el día anterior (viernes). La Iglesia celebra las dos fiestas en días consecutivos para manifestar que estos dos corazones son inseparables. María siempre nos lleva a Jesús.
HISTORIA
Hay indicios y menciones al corazón de la madre de Jesús de Nazaret en diversos padres de la Iglesia, textos que son retomados en el siglo XVII, como consecuencia del movimiento espiritual que procedía de san Juan Eudes (1601-1680), misionero francés fundador de los Eudistas.
San Juan Eudes fue quien promovió la celebración litúrgica del Inmaculado Corazón de María; los papas León XIII y Pío X dieron a este santo el nombre de “padre, doctor y primer apóstol de la devoción”, en especial al culto litúrgico de a los Sagrados Corazones de Jesús y María. Este santo consagró de manera particular a los religiosos de su congregación.
La fiesta del Corazón de María se celebró de manera pública y por primera vez en la historia el 8 de febrero de 1648 en la catedral de la ciudad de Autun: la misa y los oficios fueron compuestos por Juan Eudes y aprobados por el obispo diocesano. Varios obispos de Francia aprobaron los textos litúrgicos pero los jansenistas estaban en completo desacuerdo.
Para el año 1668, el día 2 de junio la fiesta y también los textos litúrgicos tuvieron la aprobación del cardenal legado para Francia, aunque al año siguiente se pidió a Roma la ratificación, pero la Congregación de Ritos dio una respuesta negativa.
En diferentes ocasiones se pidió a la Santa Sede la aprobación de la fiesta, una de ellas fue hecha como petición formal por el padre jesuita Gallifet en el 1726; esta causa fue tratada por Prospero Lambertini. La Congregación de Ritos llegó a responder por primera vez en 1727 con un “non proposita”, pues presentaba dificultades doctrinales. Luego de esta respuesta, Gallifet sin perder esperanzas vuelve a enviar la petición, pero para esta ocasión la respuesta fue oficialmente tajante y negativa, era el 30 de julio de 1729.
Siendo papa Pío IX, en 1855, la Congregación de Ritos aprobó para la celebración del Corazón de María nuevos textos para la misa y el oficio, utilizando algunas partes de los de san Juan Eudes. En 1914, con ocasión de la reforma del misal romano, la fiesta del Corazón de María fue trasladada del cuerpo del misal a un apéndice del mismo, entre las fiestas “pro aliquibus locis”.
Hubo muchas peticiones para que esta fiesta se extendiera a toda la Iglesia, en especial las peticiones de los Claretianos.
En 1925, los tres pastores de Portugal llamaron la atención declarando que la Virgen María se les presentó dejando mensajes que luego serían dados a conocer al mundo entero de boca de Sor Lucía, estas presentaciones de la Virgen fueron en seis oportunidades.
En la tercera aparición, la Virgen de Fátima le dijo a Lucía:
“Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado. Si se hace lo que te digo se salvarán muchas almas y habrá paz; terminará la guerra... Quiero que se consagre el mundo a mi Corazón Inmaculado y que en reparación se comulgue el primer sábado de cada mes... Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz... Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz”.
La pequeña Jacinta presentía que llegaría su final en el mundo y, en una conversación con Lucía, ella, que apenas contaba con diez años, dijo:
“A mí me queda poco tiempo para ir al Cielo, pero tú te vas a quedar aquí abajo para dar a conocer al mundo que nuestro Señor desea que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María. Diles a todos que pidan esta gracia por medio de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado juntamente con el Corazón de su Madre. Insísteles en que pidan la paz por medio del Inmaculado Corazón de María, pues el Señor ha puesto en sus manos la paz del mundo”.
El 31 de octubre de 1942 cuando estaba en pleno auge la II Guerra Mundial, el papa Pío XII, al clausurarse la solemne celebración en honor de las apariciones de Fátima, conforme al mensaje de éstas, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María.
El 4 de marzo de 1944, con el decreto “Cultus liturgicus”, el pontífice extendió a toda la Iglesia latina la fiesta litúrgica del Inmaculado Corazón de María, para obtener por medio de la intercesión de María "la paz entre las naciones, libertad para la Iglesia, la conversión de los pecadores, amor a la pureza y la práctica de las virtudes";y asigno como día propio el 22 de agosto, que es la octava de la Asunción, y elevándola a rito doble de segunda clase.
El Papa Juan Pablo II declaró que la conmemoración del Inmaculado Corazón de María, será de naturaleza "obligatoria" y no "opcional". Es decir, por primera vez en la Iglesia, la liturgia para esta celebración debe de realizarse en todo el mundo Católico.
Devoción de los Cinco Primeros Sábados:
Es una devoción al Corazón de María.
En diciembre de 1925, la Virgen se le apareció a Lucía dos Santos, una de las tres pastorcitas vidente de Fátima, y le dijo: "Yo prometo asistir a la hora de la muerte, con las gracias necesarias para la salvación, a todos aquellos que en los primeros sábados de cinco meses consecutivos, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen la tercera parte del Rosario, con intención de darme reparación". Junto con la devoción a los nueve Primeros Viernes de Mes, ésta es una de las devociones más conocidas.
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