El 28 de octubre de 2007 tuvo lugar en Roma la beatificación de 498 mártires del siglo XX en España. Los mártires que forman este grupo pertenecen a varios Institutos de Vida Consagrada masculinos y femeninos, también al clero diocesano. 7 de ellos son laicos. La Familia Dominicana sumamos un total de 74 mártires: 62 frailes, 9 religiosas dominicas, 1 hermana contemplativa y 2 miembros de la Orden Seglar.
El mártir es el testigo, el confesor de la fe por excelencia. Por esta razón, su beatificación es una gracia, porque contribuye a que no se olvide el ‘gran signo de esperanza’ que constituye su testimonio. Ellos siguen estimulando la vida de tantos y tantos creyentes en Jesucristo. Ellos murieron perdonando. En su perdón ofrecido encontramos el mejor aliento par que todos fomentemos el espíritu de reconciliación y del que tan necesitados seguimos estando.
Al recordar a estos mártires nos vemos invitados a renovar nuestra fe y a seguir proclamando el Evangelio de Jesucristo desde los valores que fomentan el valor de la vida, de la paz y de la reconciliación.
Oración
Oh Dios, que enviaste a tu Hijo,
para que muriendo y resucitando nos diese su Espíritu de amor.
Nuestros hermanos, mártires del siglo XX en España,
mantuvieron su adhesión a Jesucristo
de manera tan radical y plena
que les permitiste derramar su sangre por Él.
Danos la gracia y la alegría de la conversión
para asumir las exigencias de la fe;
ayúdanos, por su intercesión,
y por la de María, Reina de los mártires,
a ser siempre artífices de reconciliación en la sociedad
y a promover una viva comunión
entre los miembros de tu Iglesia en España;
enséñanos a comprometernos, con nuestros pastores,
en la nueva evangelización
haciendo de nuestras vidas
testimonios eficaces del amor a Ti y a los hermanos.
Te lo pedimos por Jesucristo, el Testigo fiel y veraz,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
El mártir es el testigo, el confesor de la fe por excelencia. Por esta razón, su beatificación es una gracia, porque contribuye a que no se olvide el ‘gran signo de esperanza’ que constituye su testimonio. Ellos siguen estimulando la vida de tantos y tantos creyentes en Jesucristo. Ellos murieron perdonando. En su perdón ofrecido encontramos el mejor aliento par que todos fomentemos el espíritu de reconciliación y del que tan necesitados seguimos estando.
Al recordar a estos mártires nos vemos invitados a renovar nuestra fe y a seguir proclamando el Evangelio de Jesucristo desde los valores que fomentan el valor de la vida, de la paz y de la reconciliación.
Oración
Oh Dios, que enviaste a tu Hijo,
para que muriendo y resucitando nos diese su Espíritu de amor.
Nuestros hermanos, mártires del siglo XX en España,
mantuvieron su adhesión a Jesucristo
de manera tan radical y plena
que les permitiste derramar su sangre por Él.
Danos la gracia y la alegría de la conversión
para asumir las exigencias de la fe;
ayúdanos, por su intercesión,
y por la de María, Reina de los mártires,
a ser siempre artífices de reconciliación en la sociedad
y a promover una viva comunión
entre los miembros de tu Iglesia en España;
enséñanos a comprometernos, con nuestros pastores,
en la nueva evangelización
haciendo de nuestras vidas
testimonios eficaces del amor a Ti y a los hermanos.
Te lo pedimos por Jesucristo, el Testigo fiel y veraz,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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