
A Jesús le fallan las fuerzas. Pero los soldados quieren que llegue hasta el lagar de la ejecución. Y obligan a un hombre, Simón de Cirene, que viene de su trabajo, a llevar durante un trecho la cruz del Señor.

Cuando le llevaban echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venia del campo y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús. (cf Mt 27, 32-33; Mc 15, 21).

Jesús sale a buscamos cuando menos lo esperamos, y nos pide que le ayudemos a llevar tantas cargos... La redención no es una empresa que hizo el Hijo de Dios, y como tal ya está olvidada. El Señor nos pide que seamos corredentores, que seamos sus hombros en nuestro camino por la vida. Y eso, a pesar de que nuestros planes sean muy distintos. Hemos de saber "cambiar nuestros planes" ante cualquier insinuación del Señor, como Simón.

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