sábado, 1 de mayo de 2010

Historia del ROSARIO (1ª Parte)

Como todos sabéis, estamos en el mes de mayo mes dedicado a MARÍA por la Iglesia Católica, en homenaje a MARÍA y como regalo diario a ella, durante todo el mes de mayo iremos rezando un misterio del Santo Rosario.

Te todos es sabido el poco tiempo que se dispone o en día, para dedicarlo a un encuentro personal, y mucho menos dedicarlo a la oración, ante esto os proponemos rezar un misterio diario que nos llevara escasos 5 minutos y nos fortalecerá.

En la primera semana del 3 al 7 diariamente insertare un misterio empezando por los MISTERIOS GOZOSOS, a continuación en la segunda semana del 10 al 14 serán los MISTERIOS DOLOROSOS, seguidamente en la tercera semana del 17 al 21 los MISTERIOS LUMINOSOS y finalizaremos la cuarta semana del 24 al 28 con los MISTERIOS GLORIOSOS.

Feliz mes de MAYO donde los campos están verdes y asoman bellísimas flores, entre ellas la MADRE de JESÚS, como la flor más hermosa.



(PRIMERA PARTE)

El Rosario, una de las devociones marianas más extendidas en el pueblo cristiano y que arranca del celo apostólico de Santo Domingo, es para el Diccionario de la Real Academia Española: «Rezo de la Iglesia, en que se conmemoran los veinte misterios principales de la vida de Jesucristo y de la Virgen, recitando después de cada uno un padrenuestro, diez avemarías y un gloriapatri.» En verdad ahí están enunciados los elementos esenciales que lo constituyen, a los que se añaden, según las regiones y devociones, otros también importantes. Si se nos permite, podríamos decir que el Rosario está formado por materiales evangélicos de primera calidad: la selección de los misterios, ordenados en cuatro grupos, gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos, que son pasos decisivos de Jesús y de María que nos llevan de la Anunciación y Encarnación hasta la venida del Espíritu y la coronación de la Virgen; la oración que Jesús nos enseñó para dirigirnos al Padre, y la que la tradición de la Iglesia ha elaborado para saludar a María, empleando en parte las palabras que le dirigieron el Ángel y su prima Isabel; y, como broche de cada decena de avemarías, la fórmula de alabanza trinitaria. Hay que añadir que son partes esenciales del Rosario la meditación y contemplación de los misterios, sin la que su rezo quedaría como un cuerpo sin alma, y las oraciones vocales impregnadas de ese clima de oración y devoción. La Iglesia celebra el 7 de octubre la fiesta de Nuestra Señora, la Virgen del Rosario.

El Rosario es considerado como la oración perfecta, porque junto con él, esta aunada la majestuosa historia de nuestra salvación. Es una oración simple, humilde como María; es una oración que podemos hacer con Ella. Al rezar el Avemaría, invitamos a nuestra Madre a que rece con nosotros y una su oración a la nuestra. Es una verdadera colección de "rosas de alabanza" que obsequiamos a la más bondadosa de todas las madres, a la más bendecida de todas las mujeres. Es la oración de los sencillos y de los grandes. Es tan simple que está al alcance de todos; se puede rezar en cualquier parte y a cualquier hora.

¿Te has fijado que en los momentos de mayor dificultad, lo primero que se nos ocurre es rezar un Rosario?, y después de rezarlo, ¿has experimentado la paz y confianza que se siente?. Has la prueba, rezar el Rosario es como un bálsamo que te permite afrontar a vida desde otro punto de vista. El Rosario ha sido la devoción más efectiva para mantener viva en las mentes y en los corazones de los fieles el amor de Dios, la fe en el Señor Jesucristo, el conocimiento de las verdades básicas de la doctrina cristiana y la conciencia de pertenencia a la Iglesia.

Con su triple serie de misterios, el Rosario nos enseña a unirnos con María a Cristo en todo momento. Precisamente en eso consiste toda nuestra santificación: en configurarnos con Cristo, el hombre perfecto, el único "Camino, Verdad y Vida". Jesús vino al mundo por María; el hombre llegará a Dios por María. El Rosario es la oración inspirada por la Virgen, con él se presenta en sus dos últimas apariciones: en Lourdes y en Fátima, fue aquí en donde ella misma se identificó con el título de "La Señora del Rosario", invitándonos a rezarlo como una arma poderosa en contra del maligno.

Salterio de la Virgen María

El "Salterio de la Virgen María", como antiguamente se le llamaba, era la "herramienta" que utilizaban las personas sencillas que no sabían leer o que no tenían libros, para reemplazar el rezo del Salterio, es decir, los 150 Salmos de la Biblia que los religiosos tenían que rezar cada semana. Quienes no podían rezar los 150 Salmos de la Biblia, los reemplazaban por otras 150 oraciones, como por ejemplo: Padrenuestros, Credos, Ave María, etc.

Para poder llevar de una mejor manera la cuenta de las oraciones que se rezaban, hacían nudos en una cuerda o ensartaban en ella pequeñas pepitas y allí iban contando. En tumbas muy antiguas se han encontrado estas cuentas o sartas de piedrecitas. Muchos enfermos murieron rezando, y en sus manos dejaron sus familiares aquello con lo cual iban contando las oraciones que enviaban al cielo.

El Rosario se compone de 59 pepitas o cuentas repartidas de la siguiente manera:

Cinco cuentas al principio, desde el crucifijo hasta donde empiezan las decenas, quizás en honor de las llagas de Cristo o de los cinco misterios que se van a meditar.
Cinco grupos de 10 cuentas, cada una para contar las 10 Avemarías de cada misterio; y entre una decena y otra, una cuenta para rezar el Padrenuestro que va al principio de cada Misterio.

La devoción del Rosario tiene ya ochocientos años de vida en la Iglesia. Un papel importante en su origen se atribuye a Santo Domingo de Guzmán († 1221) quien recomendaba mucho a las personas que repitieran frecuentemente a la Santísima Virgen el "Ave María", pensando en los Misterios de la Vida, Pasión y Resurrección de Nuestro Señor. Él y otros padres dominicos, dedicaron su vida a propagar entre las gentes la costumbre de rezarle a la Santísima Virgen lo que antes se llamaba "Salterio de la Santísima Virgen", y que desde entonces empezó a llamarse "Rosario de Nuestra Señora".

La tradición cuenta que en el año 1208, María, la Madre de Dios, enseñó personalmente a Santo Domingo, * (Véase biografía en el blog,) “Leamos la Biblia” a través de una visión, cómo rezar el Rosario y le dijo que propagara esta devoción a todas las naciones y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.

Se rezan todos los días del año, a no ser que la celebración de las fiestas o tiempos litúrgicos aconseje otra opción.

Están divididos en MISTERIOS GOZOSOS, LUMINOSOS, DOLOROSOS Y GLORIOSOS.

Los lunes y sábados, Misterios Gozosos.
Los martes y viernes, Misterios Dolorosos.
Los jueves,
Misterios Luminosos.
Los miércoles y domingos,
Misterios Gloriosos.

La Virgen María ha hecho muchas promesas para aquellos que recen el Santo Rosario.
Se trata de una meditación de la vida de nuestro Señor y de la Virgen María. Está dividido en cuatro partes y cada una en cinco misterios. En cada misterio, se recitan un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria. Una costumbre piadosa es la recitación diaria de una parte del Santo Rosario en familia o privadamente.

Antes de comenzar el rezo del rosario, y por este orden se hacen las siguientes oraciones:

La señal de la Cruz, Acto de contrición, EL Credo, El Padre Nuestro, Ave María, Gloria y Salve.

Ahora, se comienza con los Misterios del día. Antes de cada decena se debe meditar el correspondiente Misterio. Cada decena es una contemplación de la vida de nuestro Señor, de la vida de la Virgen María, o un aspecto del misterio Pascual.

Al Inicio del rosario hay cinco cuentas cercanas al crucifijo.

Con el CRUCIFIJO en la mano LA SEÑAL DE CRUZ

Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios Nuestro En el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo
Amén.

En la 1 cuenta se reza EL PADRE NUESTRO.

Padre Nuestro que estás en el Cielo, Santificado sea Tu Nombre.
Venga a nosotros Tu Reino, hágase tu voluntad, en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, y perdónanos nuestras ofensas.
Así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.

En las 3 cuentas siguientes se reza UN AVE MARIA por cada una de ellas.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, El Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es El Fruto de Tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores
Ahora, y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Entre la 4 y 5 cuenta se reza EL GLORIA.

Gloria al Padre,
Gloria al Hijo,
y Gloria al Espíritu Santo.
Como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

En la 5 cuenta se especifica el nombre del 1er. MISTERIO y a continuación se reza EL PADRE NUESTRO.

En las 10 cuentas siguientes se reza UN AVE MARIA por cada una de ellas, una vez terminadas las cuentas más pequeñas y antes de tomar la siguiente mayor, rezar EL GLORIA.

Si se desea, después de cada década puede recitarse la siguiente oración como lo indicara la Santísima Virgen María en Fátima:

"Oh mi Jesús, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo, especialmente las mas necesitadas de tu misericordia".


En la cuenta siguiente se especifica el nombre del 2º MISTERIO y a continuación se reza EL PADRE NUESTRO.

En las 10 cuentas siguientes se reza UN AVE MARIA por cada una de ellas, una vez terminadas las cuentas más pequeñas y antes de tomar la siguiente mayor, rezar EL GLORIA.

En la cuenta siguiente se especifica el nombre del 3º MISTERIO y a continuación se reza EL PADRE NUESTRO.

En las 10 cuentas siguientes se reza UN AVE MARIA por cada una de ellas, una vez terminadas las cuentas más pequeñas y antes de tomar la siguiente mayor, rezar EL GLORIA.

En la cuenta siguiente se especifica el nombre del 4º MISTERIO y a continuación se reza EL PADRE NUESTRO.

En las 10 cuentas siguientes se reza UN AVE MARIA por cada una de ellas, una vez terminadas las cuentas más pequeñas y antes de tomar la siguiente mayor, rezar EL GLORIA.

En la cuenta siguiente se especifica el nombre del 5º MISTERIO y a continuación se reza EL PADRE NUESTRO.


En las 10 cuentas siguientes se reza UN AVE MARIA por cada una de ellas, una vez terminadas las cuentas más pequeñas y antes de tomar la siguiente mayor, rezar EL GLORIA

Al finalizar todo el rosario, volvemos otra vez donde comenzamos y solemos encontramos UNA MEDALLA, que une todas las cuentas para realizar el circulo, pues con ella en la mano rezamos LA SALVE.

Dios te Salve, Reina y Madre, Madre de Misericordia.
Vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te Salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva a Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
EA, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos, Tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, Fruto Bendito de tu vientre.
¡O Clementísima! ¡O Piadosa! ¡O Dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

FIN DE LA PRIMERA PARTE

No hay comentarios: