12/07/2009, Domingo de la 15ª semana de tiempo ordinario
Realizada por: P. Luis Carlos Aparicio Mesones s.m
CAMBIAR EL MUNDO
El poder de los sistemas de comunicación
Nuestro problema y nuestras necesidades

El mundo necesita ser evangelizado. Hemos de aprender de nuevo a compartir y a convivir, porque nos hemos vuelto egoístas y cerriles y apenas comunicamos nuestras alegrías, penas y sufrimientos y nuestros miedos e inquietudes por temor a no ser valorados y comprendidos. Esta cara mala de nuestro mundo, que no gusta a nadie, es la que queremos cambiar. Y para ello, no basta con criticar a las autoridades de turno, sino aportar soluciones activas y entregar nuestra persona al servicio de los demás. Está claro que existen numerosos grupos altruistas, que hacen una gran labor en beneficio de los necesitados, pero son como gotas de agua en el depósito del océano.
De dos en dos

Jesús envió a sus discípulos de DOS EN DOS a predicar
Desde lo pequeño resplandece lo grande; desde la levadura se fermenta la masa; desde las entrañas de una humilde doncella de Nazaret surge la salvación; desde cinco panes y dos peces se da de comer a una multitud.
Pero ni lo pequeño ni lo grande puede crecer sin el fluir de la savia.
Una predicación sin la base cimentada en la oración y en el “abandono” a la Providencia, con el recurso único de las ventajas humanas del “marketing” a la moda, terminará confundiéndose con una sociedad de consumo, de la misma manera que una Iglesia sin la animación del Espíritu está llamada al fracaso. Será una buena multinacional, pero no una buena Iglesia.
Por eso Jesús invita a sus discípulos a que no lleven alforja ni víveres ni dinero ni ropa de repuesto, que son como el soporte de las seguridades humanas, sino que confíen en Dios y en la bondad de la gente.
El proyecto de Dios
Los verdaderos cristianos son aquellos que descubren el proyecto de Jesús (Reinado de Dios) y perciben su presencia salvadora entre los hombres, sobre todo cuando está en juego la dignidad humana y la explotación inmisericorde.

No es lo mismo “ser cristiano” que “hacer de cristiano”Es bueno que no confundamos el “ser cristiano” con “hacer de cristiano”, en especial cuando esto último vende más nuestra mercancía y nuestra imagen: procesiones, obras de beneficencia, romerías multitudinarias para lucimiento personal, obras benéficas orquestadas para realzar nuestra imagen de bondad y solidaridad. No se es más cristiano por estas cosas sino por lo que entregamos de nosotros mismos sin buscar contraprestaciones.
De dos en dos significa, no nuestro proyecto personal, sino el de la comunidad.
Y la comunidad de amor básica empieza en la familia: el hombre y la mujer juntos, haciendo apostolado e influyendo en el crecimiento y maduración de sus hijos.
Los discípulos, tras haber cumplido la misión que el Señor les había confiado llegarán a la conclusión de que los importantes no son ellos; es el mensaje,
En la comunidad cristiana quedará claro que donde se hace presente Jesús fraguará también la vocación.
La familia y la comunidad son las ventanas abiertas al mundo para cambiar, con la ayuda de Dios, todo lo que no nos gusta de él. Quizás crezcan flores, frutos y buenas semillas donde no había más que abrojos y espinos, y prevalezca el bien sobre el mal.
Aquellos que estén de vacaciones, felices vacaciones y para los demás, feliz semana, y hasta el próximo domingo HERMANOS.
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