sábado, 8 de marzo de 2025

Reflexión de Cuaresma 08/03/2025

Reflexión del 08/03/2025

Lecturas del 08/03/2025

Esto dice el Señor:
«Cuando alejes de ti la opresión, el dedo acusador y la calumnia, cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo y sacies el alma afligida, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad como el mediodía.
El Señor te guiará siempre, hartará tu alma en tierra abrasada, dará vigor a tus huesos.
Serás un huerto bien regado, un manantial de aguas que no engañan.
Tu gente reconstruirá las ruinas antiguas, volverás a levantar los cimientos de otros tiempos; te llamarán “reparador de brechas”, “restaurador de senderos”, para hacer habitable el país.
Si detienes tus pasos el sábado, para no hacer negocios en mi día santo, y llamas al sábado “mi delicia” y lo consagras a la gloria del Señor; si lo honras, evitando viajes, dejando de hacer tus negocios y de discutir tus asuntos, entonces encontrarás tu delicia en el Señor. Te conduciré sobre las alturas del país y gozarás del patrimonio de Jacob, tu padre.
Ha hablado la boca del Señor».
En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme».
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y sus escribas diciendo a los discípulos, de Jesús: «¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?».
Jesús les respondió: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».

Palabra del Señor.

08 de Marzo 2025 – San Veremundo de Irache

Hemos visitado hoy, en los Lugares Sacros, el Monasterio de Santa María de Irache. Este lugar está ligado a la persona de su santo abad Veremundo. Su nombre, en latín, significa verdaderamente limpio. Nació en Arellano o, según otros, en Villatuerta. A los doce años, hacia 1032, fue admitido en el monasterio de Irache, donde su tío Muni era abad. Muy devoto de la Madre de Dios, los monjes decían que hablaba con la imagen que tenía a la iglesia del monasterio. Al morir el abad Muni, los monjes lo eligieron como abad, hacia 1052.

Durante su gobierno, la abadía tuvo una época de esplendor, convirtiéndose en parada obligada para los peregrinos que hacían el Camino de Santiago. El rey Sancho Garcés IV de Pamplona otorgó numerosos privilegios al monasterio, con las donaciones de tres iglesias, doce monasterios y seis villas, dominios que su sucesor Sancho Ramírez amplió. Éste concedió en 1087 el privilegio, extensivo en toda la comunidad monástica de Irache, que la palabra de un monje fuese considerada como prueba en un juicio. En la polémica para la reforma de la liturgia, Veremundo defendió el antiguo rito mozárabe y envió a Roma dos de los libros litúrgicos: el de plegarias (Liber orationum) y el antifonario (Liber antiphonarum). El papa Alejandro II, a quien había llegado la fama de santidad del abad, los aprobó.

Cerca del monasterio, san Veremundo encontró la imagen de Santa María del Puy, el 1080. Sancho Ramírez de Aragón fundó, en el lugar donde se había encontrado la talla, la ciudad de Estella. Esto provocó una disminución del favor real hacia Irache, ya que los recursos y privilegios se destinaron ahora a la nueva ciudad. En 1099 ya consta un nuevo abad en el monasterio. Parece que Veremundo habría muerto en Irache el 8 de marzo de 1092, o puede que 1099.

viernes, 7 de marzo de 2025

Reflexión de Cuaresma 07/03/2025

Reflexión del 07/03/2025

Lecturas del 07/03/2025

Esto dice el Señor Dios:
«Grita a plena pulmón, no te contengas, alza la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob sus pecados.
Consultan mi oráculo a diario, desean conocer mi voluntad. Como si fuera un pueblo que practica la justicia y no descuida el mandato de su Dios, me piden sentencias justas, quieren acercarse a Dios. “¿Para qué ayunar, si no haces caso; mortificarnos, si no te enteras?”
En realidad, el día de ayuno hacéis vuestros negocios y apremiáis a vuestros servidores; ayunáis para querellas y litigios, y herís con furibundos puñetazos.
No ayunéis de este modo, si queréis que se oiga vuestra voz en el cielo.
¿Es ése el ayuno que deseo en el día de la penitencia: inclinar la cabeza como un junco, acostarse sobre saco y ceniza, ¿A eso lo llamáis ayuno, día agradable al Señor?
Este es el ayuno que yo quiero: soltar las cadenas injustas, desatar las corras del yugo, liberar a los oprimidos, quebrar todos los yugos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo y no desentenderte de los tuyos. Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor, y te responderá; pedirás ayuda y te dirá: “Aquí estoy”».
En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole: «Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

Palabra del Señor.

07 de Marzo 2025 – Santas Perpetua y Felicidad

El relato de la pasión de Santa Perpetua, Santa Felicitas y sus compañeros es uno de los valiosos tesoros de la literatura de los mártires y un documento auténtico preservado para nosotros, con las palabras de los mártires y de sus amigos.

Sucedió en la gran ciudad africana de Cartago, en el año 203, durante las persecuciones ordenadas por el esperador Severo,' cuando cinco catecúmenos a fueron arrestados por su fe. El grupo constaba del esclavo Revocatus; su compañera de esclavitud Felicitas, la cual esperaba el nacimiento de un hijo; dos hombres libres, Saturninus y Secundulus, y una matrona de veintidós años, Vivía Perpetua, esposa de un hombre de buena posición y madre de un pequeño niño. El padre de Perpetua era pagano, su madre y dos hermanos eran cristianos; uno de los hermanos, aún catecúmeno.

A los cinco prisioneros se unió pronto otro, llamado Saturus, quien parece haber sido su instructor en la fe y que escogió compartir con ellos el castigo. Al principio se les mantuvo bien custodiados en una casa privada. Perpetua escribió un vívido relato de lo que sucedió.

«Mientras me hallaba aún con mis compañeros, y mi padre, en su afecto por mí, trataba de hacerme resistir de mi propósito mediante argumentos que debilitasen mi fe, «Padre ?le dije?, ves esta nave, recipiente de agua o lo que sea?... ¿Puede ser llamado por otro nombre de lo que es?» «No», me replicó. «Pues yo tampoco puedo llamarme por otro nombre de lo que soy : una cristiana.» Entonces mi padre, irritado por la palabra «cristiana», se arrojó sobre mí como si quisiera sacarme los ojos, pero sólo me golpeó y de hecho fue vencido... Entonces di gracias a Dios por el alivio de estar, por unos días, separada de mi padre... y durante esos pocos días fuimos bautizados. El Espíritu Santo me ordenó, después del rito sagrado, que no rezase más que pidiendo fuerzas para el sufrimiento.

Pocos días después nos llevaron a la prisión y yo estaba muy atemorizada, pues nunca había visto tanta oscuridad. ¡Qué día de horror! Terrible calor, por causa de la multitud! ¡Trato brutal de los soldados! Para coronar todo aquello, estaba atormentada de ansiedad por mi niño. Pero Tertius y Pomponius, esos benditos diáconos que nos socorrían, pagaron por nosotros para que nos trasladasen, durante unas horas, a una parte mejor de la prisión, y hallamos cierto alivio. Todos salieron de la prisión y nos dejaron solos. Trajeron a mi niño y yo lo alimenté, pues ya estaba debilitado por la falta de alimento. Hablé ansiosamente a mi madre tocante a él y alenté a mi hermano y encomendé mi hijo al cuidado de ellos. Pues yo estaba preocupada al ver que ellos estaban preocupados por mí. Durante muchos días sufrí tales ansiedades, pero obtuve permiso para que mi hijo quedase en la prisión conmigo, y cuando alivié mi aflicción y angustia por él, rápidamente recobré la salud. Súbitamente mi prisión se convirtió en un palacio para mí y hubiera preferido estar allí a estar en cualquier otra parte.

Entonces mi hermano me dijo: «Señora hermana, ahora estás siendo altamente honrada, tan altamente que quizá puedas rogar por una visión que te descubra si es el sufrimiento o la libertad lo que te espera.» Y yo, sabiendo que obtendría palabra del Señor, en cuyo nombre sufría, le prometí confidencialmente: «Mañana te traeré la palabra.» Y recé, y esto es lo que me fue mostrado : Vi una escala dorada de maravillosa longitud que llegaba al cielo, pero tan estrecha que sólo de uno en uno se podía ascender; y a los lados de la escala había amarradas toda clase de armas de hierro. Había espadas, Lanzas, garfios, dagas, de modo que si alguien subía descuidadamente o sin mirar hacia arriba quedaba mutilado y su carne presa en las armas. Y al pie de la escala había un enorme dragón que yacía en espera de aquéllos que subían y que quería atemorizarlos con aquella ascensión. El primero que subió era Saturas, quien por su propia voluntad se había entregado por nuestra causa, pues nuestra fe era obra suya y él no estaba con nosotros cuando nos arrestaron. Alcanzó la cima de la escala y, volviéndose, me dijo : «Perpetua, espero por ti, pero ten cuidado de que el dragón no te muerda.» Y yo dije : «En nombre de Jesucristo no me hará daño.» Y el dragón apartó la cabeza suavemente, como si me tuviera miedo, justamente al pie de la escalera; y cuando subí el primer escalón hollé su cabeza. Y subí y vi un vasto jardín y, sentado en medio, un hombre alto, de pelo blanco, vestido como un pastor, ordeñando ovejas; y alrededor suyo había muchos miles vestidos de blanco. Él alzó la cabeza, me miró y dijo : "Seas bien venida, hija mía." Y me llamó y me dio unas cuajadas de la leche que ordeñaba, yo las recibí en mis manos juntas y comí, y todos los que se hallaban alrededor dijeron : «Amén.» Al oír esa palabra me desperté, aun paladeando algo dulce. En seguida le conté a mi hermano esto y comprendimos que debíamos sufrir, y por ello empezamos a no esperar en este mundo.

Pasados unos días se nos dijo que íbamos a ser examinados. Mi padre llegó de la ciudad, lleno de ansiedad, y subió la colina esperando todavía que debilitaría mi resolución. «¡ Hija! ?me dijo? : ¡ Apiádate de mis canas! ¡Apiádate de tu padre, si he merecido que me llames padre, si te he cuidado hasta esta primavera de tu vida, si te he amado más que a tus hermanos! ¡ No hagas que sea oprobio del humano linaje! ¡Mira por tu padre y por la hermana de tu madre, mira por tu hijo, que no podrá vivir después de que tú te hayas ido! ¡ Olvida tu orgullo; no nos vuelvas infelices a todos! Ninguno de nosotros podrá volver a hablar libremente si la calamidad te hiere.» De esta manera habló mi padre, en su amor por mí, besando mis manos y arrojándose a mis pies y con lágrimas, llamándome no con el nombre de «hija», sino con el de «señora». Y yo me afligí por causa de mi padre, pues únicamente él entre todos mis familiares no tendría alegría en mi martirio. Y procuré confortarlo diciendo : «Lo que suceda en esa plataforma será lo que Dios quiera, pues ciertamente nosotros no estamos en nuestro propio poder, sino en poder de Dios.» Pero él se marchó lleno de aflicción.

Al día siguiente, mientras nos hallábamos comiendo, nos requirieron súbitamente para ser examinados y fuimos al foro. La noticia del juicio había cundido rápidamente y había atraído a una enorme multitud al foro. Nos colocaron en una especie de plataforma, delante del juez, el cual era Hilarión, procurador de la provincia, ya que el procónsul había muerto últimamente. Los otros fueron interrogados antes que yo y confesaron su fe. Pero cuando me llegó el turno, mi padre apareció con mi hijo y tirando de mí, escalones abajo, me reconvino : « ¡Ten piedad del niño!» El juez Hilarión se unió a mi padre y dijo : «¡ Apiádate de las canas de tu padre! ¡Apiádate de los tiernos años de tu hijo! Ofrece sacrificio para la prosperidad de los emperadores.» Yo repliqué «No.» «¿Eres cristiana?», me preguntó Hilarión, y yo contesté : «Sí lo soy.» Entonces mi padre trató de arrojarme de la plataforma, por lo cual Hilarión ordenó que se

Le golpeara y fue golpeado con una varilla. Yo sentí esto tanto como si :o misma hubiera sido golpeada, tan profundamente me afligí tal ver a mi padre así tratado en su avanzada edad. Entonces el juez dictó sentencia contra todos nosotros y nos condenó a las fieras salvajes, y con gran alegría volvimos a nuestra prisión. Luego, como mi niño estaba acostumbrado al pecho, mandé a Pomponius el diácono para que lo pidiera a mi padre, quien, sin embargo, se negó a mandarlo. Y entonces Dios dispuso que( el niño ya no necesitara mamar y mi leche ya no me incomod j.»

Secundulus parece haber muerto en la prisión antes del examen. Antes de pronunciar la sentencia, Hilarión mandó que Saturus, Saturninus y Revocatus fuesen azotados y Perpetúa y Felicitas golpeadas en el rostro. Entonces se les reservó para los juegos de gladiadores que debían llevarse a cabo para los soldados en el festival de Geta, el joven príncipe a quien su padre, Severo, había hecho César cuatro años antes.

Mientras estuvieron en la prisión, tanto Perpetua como Saturus tuvieron visiones, las cuales describieron en sus escritos con gran detalle.

El resto del relato fue añadido por otra mano, aparentemente por la de un testigo ocular. Felicitas temía que quizá no le sería dado sufrir con el resto, ya que a las mujeres embarazadas no se las enviaba a la arena. Sin embargo, dio a luz en la prisión a una niña, la cual fue adoptada en seguida por uno de sus compañeros cristianos. Puctins, su carcelero, era en esos días un converso e hizo todo cuanto pudo por ellos.

El día anterior a los juegos les dieron la última comida usual, a la cual se le llamaba «el banquete libre». Le s mártires se esforzaron en hacer de ella un Ágape o Festín de Amor' y a aquéllos que se apiñaban alrededor les hablaron de los juicios de Dios y de su propio goce en sus sufrimientos. Tan sereno valor y confianza as

A cada uno de ellos Dios otorgó el martirio que había deseado. Saturus había ansiado ser expuesto a varias clases de fieras salvajes para que sus sufrimientos se intensificaran. Él y Revocatus fueron primeramente atacados por un leopardo. Luego Saturus fue expuesto a un jabalí, que en lugar de atacarlo se volvió contra su guardián. Entonces fue atado al potro, enfrente de un oso, pero el animal se negó a salir de su antro y entonces Saturus fue reservado para otro encuentro. El retardo le dio oportunidad de hablar al carcelero convertido Pudens: «Ya ves que lo que deseaba y se me había anunciado ha sucedido. ¡Ninguna fiera me ha tocado! Así, pues, cree firmemente en Dios. Y ve ahora, yo iré hacia allá y con un bocado de un leopardo todo habrá acabado.» Y, tal como había dicho, dejaron salir a un leopardo que saltó sobre él y en un momento fue mortalmente herido. Viendo correr la sangre, la cruel muchedumbre gritó : « ¡ Ahora está bien bautizado!» Muriéndose, Saturus dijo a Pudens: «Adiós! Acuérdate de mi fe y de mí y no permitas que estas cosas te espanten, sino que te fortifiquen.» Entonces le pidió a Pudens un anillo de su mano y, mojándolo en su propia sangre, se lo devolvió al carcelero como recuerdo.

Luego expiró. Perpetua y Felicitas fueron expuestas a un toro bravo. Perpetua fue atacada primero y cayó de espaldas, pero volvió a levantarse y, modestamente, recogió su túnica sobre su cuerpo; luego, después de recoger su cabello, por miedo a parecer que estaba en duelo, se alzó y fue a ayudar a Felicitas, la cual había sido herida gravemente por el animal.

Lado a lado quedaron de pie, esperando otro asalto; se las condujo a la puerta Sanevivaria, en donde las víctimas que no habían muerto en la arena eran acabadas por los gladiadores. Allí Perpetua pareció salir de un éxtasis y no podía creer que ya había sido expuesta ante el toro bravo hasta que vio las señales de sus heridas. Entonces llamó a su hermano y al catecúmeno : «Perseverad en la fe y arriaos uno al otro. Que nuestros sufrimientos no sean piedra de escándalo para vosotros.» Pero entonces la voluble muchedumbre clamaba porque las mujeres volvieran a la arena. Ellas así lo hicieron gustosas, y luego de darse una a otra el beso de paz, fueron muertas por los gladiadores. Perpetua tuvo que guiar la espada del nervioso verdugo hasta su garganta.

La historia de estos mártires se ha relatado en detalle, por ser típica de muchas otras. No hubo santos más universalmente honrados en todos los primeros calendarios y martirologios de la Iglesia. Sus nombres aparecen no solamente en el calendario Filocaliano 4 de Roma, sino también en el Calendario Siríaco.

Los nombres de Felicitas y Perpetua se encuentran en la oración Nobis quoque peccatoribus, en el Canon de la Misa. En el siglo iv sus «Actos» se leían públicamente en las iglesias de África y eran tan altamente apreciados que Agustín, obispo de Hipona, creyó necesario protestar en contra de que se colocaran en el mismo nivel que las Escrituras.

jueves, 6 de marzo de 2025

Reflexión de Cuaresma 06/03/2025

Reflexión del 06/03/2025

Lecturas del 06/03/2025

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla. Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que moriréis sin remedio; no duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar para tomarla en posesión una vez pasado el Jordán.
Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra. Pongo delante de ti la vida y muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que juró dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob».
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

Palabra del Señor.

06 de Marzo 2025 – Santa Rosa de Viterbo

En el siglo XIII la Iglesia estaba atormentada por herejías funestísimas y por frecuentes guerras y turbulencias. Viterbo estaba entonces en muy tristes condiciones. Herejes, ateos, se difundían por la ciudad y los cristianos se habían consagrado tanto, que su vida se distinguía poco de la de los demás. Pero la misericordia de Dios tuvo piedad de ese pueblo y les envió esta santa que debía ser la salvadora de sus conciudadanos.

Nacida de virtuosos padres en 1234 la niña creció en la virtud. Desde los años más tiernos los padres se dieron cuenta de que no era una niña común, sino que la gracia trabajaba en ella de manera verdaderamente extraordinaria. Aborrecía toda clase de vanidades en la ropa, huía de las compañías frívolas y divagadas y amaba con todo el corazón a Dios y a la SS. Virgen.

De joven cayó gravemente enferma, y ya se desesperaba de su salud cuando fue visitada por la Virgen que, le dio de nuevo la salud, le ordenó vestir un vestido de la tercera orden de S. Francisco, y recorrer la ciudad incitando a penitencia. Así hizo Rosa: cada camino fue batido por ella y cada hombre pudo oír su invitación: « Oh hombres, haced penitencia, volved a Dios ». La mayoría de la gente creía que estaba loca, pero los buenos, cuando la oyeron discutir con los herejes y confundirlos, la consideraban inspirada por Dios. Pero la fuerza de los malos prevaleció y Rosa se vio obligada a salir de la ciudad y refugiarse con sus padres en el monte Soriano.

Más tarde Rosa pudo entrar de nuevo en la ciudad natal para continuar su obra restauradora. Disputando con los herejes a menudo hizo milagros a prueba de la verdad que el Espíritu Santo le ponía en los labios. En aquellos tiempos estaba en uso el juicio de Dios, y Rosa, desafiada por los herejes, ante todo el pueblo, pasó entre las llamas y salió ilesa: prueba manifiesta de que el Señor estaba con ella. Reducida a penitencia aquella ciudad y encadenados los buenos, quería retirarse al claustro, pero por su extrema pobreza no fue aceptada. Entonces la santa se retiró a una pequeña habitación de su casa, viviendo en la contemplación y en el trabajo. En edad aún joven (37 años) fue llamada al cielo y su alma, hermosa y pura, voló a los brazos de su Esposo Divino.

Tres años después, su cuerpo fue encontrado enmarcado y fresco. Fue trasladado solemnemente al monasterio de S. María de la Rosa, donde un día ella había dicho: «No me queréis vivo, me recibiréis después de la muerte ». Sus sagrados restos se conservan en Viterbo en la iglesia dedicada a ella y el pueblo le tributa un culto grandísimo, mientras que la ciudad está bajo su protección.

Hoy la venerada Rosa no ha sido aún canonizada, siempre que se la llame comúnmente santa, pero aún no ha sido reconocida como tal por la Iglesia que se espera que actúe gracias al Santo Padre Francisco.

miércoles, 5 de marzo de 2025

Reflexión de Cuaresma 05/03/2025

05 de Marzo 2025 – Miércoles de ceniza

El miércoles de las Cenizas es el día en el que tiene principio el Cuaresma, el período de cuarenta días que preceden la Pascua de Resurrección y en los que invita a los fieles a un camino de penitencia a la Iglesia católica, de ruego, de caridad para llegar convertidos a la renovación de las promesas bautismales, que se ejecutará precisamente el domingo de Pascua.

Momento característico de la liturgia del miércoles de las Cenizas es el derramamiento, de parte del celebrante, de una pizca de ceniza bendita sobre la cabeza de los fieles. Se acompaña tal ritual con las palabras "Convertidas vosotros y creéis en el Evangelio", (Mc 1,15), frase introducida por el Concilio Vaticano II, mientras primera la admonición se utilizó, contenido en el Libro del Génesis, "Memento homo, quia pulvis es et en pulverem reverteris" ("Recuerda hombre, que eres polvo y en polvo volverás"), forma, este última, todavía en uso en la Misa tridentina.

Es costumbre que las cenizas utilizadas por la imposición de las cenizas sobre la cabeza de los fieles se saquen de la quemadura de las ramitas de palmas o aceituno bendecida con ocasión del domingo de Ramos, del año anterior.

Otro aspecto característico de la liturgia que tiene principio el miércoles de las Cenizas es el empleo del color morado por los paramentos sagrados además del hecho que no se canta aleluya por todo el período cuaresmal y no se recita la gloria.

Miércoles, 05-03-2025 Miércoles de CENIZA Ciclo C

Reflexión del 05/03/2025

Lecturas del 05/03/2025

Ahora - oráculo del Señor convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto; rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos; y convertíos al Señor vuestro Dios, un Dios compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en amor que se arrepiente del castigo.
¡Quién sabe si cambiará y se arrepentirá dejando tras de sí la bendición, ofrenda y liberación para el
Señor, vuestro Dios!
Tocad la trompeta en Sion, proclamad un ayuno santo, convocad a la asamblea, reunid a la gente, santificad a la comunidad, llamad a los ancianos; congregad a muchachos y niños de pecho; salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo.
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, servidores del Señor, y digan: «Ten compasión de tu pueblo, Señor no entregues tu heredad al oprobio, ni a las burlas de los pueblos».
¿Por qué van a decir las gentes: «Dónde está su Dios»?
Entonces se encendió el celo de Dios por su tierra y perdonó a su pueblo.
Hermanos.
Actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.
Y como cooperadores suyos, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice: «En el tiempo favorable te escuché, en el día de la salvación te ayudé».
Pues mirad: ahora es tiempo favorable, ahora es el día de la salvación.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor.