13 de Noviembre – San Homobono Tucenghi

Omobono nació en Cremona, en Lombardía, en la primera mitad del siglo XII; el padre fue sastre y, bautizándolo, le dio su nombre, que significa "hombre bueno". Incluso no frecuentando la escuela, aprendió como del padre conducir diligentemente la actividad comercial y honestamente, sin comprometerse de ningún modo; cuando al final heredó la actividad del padre, consideró la profesión un regalo de Dios y un medio para servir la familia y la sociedad de que hizo parte. Se casó, y parece que haya tenido a muchos hijos, aunque la pareja es presentada antes negativamente en el cuento llegado nosotros; quizás se trate de una estratagema agiografico para aumentar el valor de las virtudes del san, ya que probablemente la familia fue contraria al hecho que prodigara sus bienes a los pobres.

Conocido en toda la ciudad de Cremona por su generosidad, Omobono estuvo extraordinariamente disponible: visitó al pueblo en casa, en particular a los pobres y, haciendo lo posible para satisfacer sus necesidades concretas, los animó a conducir una vida irreprensible. A los cincuenta años, decidió de abandonar el comercio y dedicarse totalmente a la caridad; los conciudadanos notaron sobre todo su interminable generosidad, además de la devoción que obviamente fue el fundamento de su actividad.

De otro canto, no parece sea pertenecido a ningún de los grupos cristianos laicos extremistas, como por ejemplo los Humiliati, que se formaron en aquel período; tuvo la costumbre de participar en la Misa cada tarde, en la iglesia de S. Egidio, dónde murió, el 13 de noviembre de 1197. La Gloria estaba cantando, cuando cruzó los brazos sobre el pecho y cayó a tierra; al principio ninguno lo notó pensando en una forma de devoción, pero cuando no se levantó al momento de la lectura del Evangelio, se acercaron y descubrieron que estaba muerto.

Los conciudadanos lo veneraron enseguida como san, y Siccardo, obispo de Cremona, que fue personalmente a Roma para presentar la causa de canonización, escribió en su crónica: "A aquel tiempo, en Cremona, un hombre simple vivió, muy fiel y devoto, que se llamaba Omobono; a su muerte, y con su intercesión, Dios hizo muchos milagros."

Papa Innocenzo III (1198 -1216) plenamente satisfecho con la investigación oficial sobre la vida y los milagros, canonizó Omobono después de dos solos años, en el 1199.

Patrón de los sastres y los tejedores, el culto se desarrolló rápidamente no sólo en Italia, pero también en Alemania (dónde se puso conocido como "Gutman"), más allá de que en Francia. Existen algunas iglesias en su honor en Roma, en Italia septentrional, en Alemania meridional, en España y en Bélgica.

Omobono representa una rareza, por dos motivos: primero, incluso fue canonizado canónigo y hombre de familia siendo laico al mismo tiempo, en un período en cuyo, aparte los mártires y los reyes, los candidatos a la canonización fueron religiosos profesas; en según lugar, el culto fue reconocido, no sólo localmente, pero también en Roma. No hay nada extraordinario en su vida, parecido a aquel de la mayor parte de las personas del tiempo, y de cualquiera época, pero que ilustra muy claramente los problemas de conciencia que tuvo que afrontar el pueblo en ganarse que vivir y proveer a las mismas familias, intentando al mismo tiempo de seguir al ideal cristiano. La cosa más notable fue la dedicación con que condujo su vida.