domingo, 4 de diciembre de 2011

2º Domingo de Adviento

ImageHost.org




Segunda Vela de ADVIENTO: SANTA MARÍA.

"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo... El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será Santo y será llamado Hijo de Dios... He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." (Lc 1,28.35.37)

María, es santa, por estar llena de gracia, es decir, de la vida, gratuita y gratificante de Dios. El Espíritu Santo, fuente de santidad, santifica a María y a Jesucristo, el Santo de Dios. María se santifica por la fe y la obediencia, que la llevan a la entrega y cumplimiento de la Voluntad Divina.

Símbolo: una imagen de la Santa María de Guadalupe. "No hizo tal con ninguna otra nación, ni una sola sus juicios conoció. Aleluya ." (Sal 147,20).

María, la Madre de Jesús, tiene un lugar principal en la liturgia de Adviento. No sólo porque en este tiempo se celebran dos grandes fiestas marianas: La Inmaculada Concepción y la Virgen de Guadalupe, sino, sobre todo, por su participación en la Encarnación y Nacimiento del Hijo de Dios y en la realización plena del proyecto divino: " Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer ..." (Ga 4,4)

La fiesta de Guadalupe, coincide a veces con el segundo o tercer domingo de Adviento y, esto no estorba, ni distrae la preparación y celebración del Adviento. El lugar de María, la Madre de Jesús, es tradicional e importante en el Adviento.

Hemos llamado Santa María a la segunda antorcha milenaria, porque la queremos situar en la santidad. En las letanías del rosario, entre muchas invocaciones a la Madre de Jesús, decimos: Santa María, Santa Madre de Dios, Santa Virgen de las Vírgenes... Reina de todos los santos...

La santidad prepara y apresura el encuentro definitivo con Jesucristo: La segunda carta de Pedro nos exhorta a vivir el Tiempo de Adviento: "... pensar con cuánta santidad y entrega debéis vivir vosotros esperando y apresurando el advenimiento del día del Señor..." (2 Pe 3,11-12).

¿Qué es la santidad?

Sólo Dios es Santo: "... porque yo soy Dios, no hombre, en medio de ti yo soy el Santo." (Os 11,9).

Jesús al enseñarnos la oración del Padre Nuestro nos motiva a reconocer y anhelar vivir la santidad: " Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre..."(Mt 6,9).

En su oración de la Última Cena, Jesús ruega a su Padre Santo y se ofrece a sí mismo por nuestra santificación: " Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad." (Jn 17,19). Pablo con frecuencia se refiere a la santidad: " Salúdense con el beso santo . Todos los santos les saludan. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes." (2 Co 13,12-13).La santidad más que definirla la encontramos en Dios y sus santos y santas, en la vida vivida en el amor verdadero.

La santidad se realiza por la acción y gracia del Santo Espíritu, quien nos transforma y nos impulsa a vivir en fidelidad y comunión con Dios y con su Iglesia, Cuerpo de Cristo. Por Él, creemos en la comunión de los santos. Esta intercomunicación en Jesucristo y los buenos ejemplos y la mediación de todos los santos y santas en el cielo, nos une, anima y santifica a quienes peregrinamos por la tierra.

No hay comentarios: