En Montefiascone, de la Toscana, muerte de santo Tomás Cantelupe, obispo de Hereford, en Inglaterra, quien, célebre por sus conocimientos, se mostró severo para consigo mismo, pero excepcionalmente espléndido para con los pobres.
Nació en Hambledon (Buckinghamshire, Inglaterra), era hijo del barón normando lord Guillermo de Cantelupe, senescal del rey Juan de Inglaterra. Encomendada su educación primero a su tío Walter Cantelupe, obispo de Hereford, y luego al arzobispo de Canterbury el dominico fray Robert Kilwarby, pasó en la adolescencia a París a estudiar filosofía y de ahí a Orleans donde se graduó en Derecho civil. Acompañando a su padre, asistió en 1245, al I concilio de Lyon, donde el papa Inocencio IV lo ordenó sacerdote y le dio el título de capellán suyo. Estudió en Oxford donde se doctoró en Derecho canónico y donde fue profesor de esta materia; en el 1261 fue nombrado canciller de la universidad de Oxford.
Tomó parte en la luchas entre los barones y el rey Enrique III, y solicitó el arbitrio del rey de Francia. No pudo evitar una guerra civil, pero al salir victoriosos los barones, le nombraron canciller del reino de Inglaterra en el 1265. Pero él no quiso meterse en política y renunció; regresó a sus clases en Oxford. El papa el beato Gregorio X, le nombró capellán pontificio, y para que asistiera al II concilio de Lyon, donde tuvo lugar la unión con el Oriente cristiano. Su generosidad fue proverbial frente a todos los indigentes que pululaban en Oxford. Esto hizo que en 1275, se le nombrara obispo de Hereford en Gales. Después el rey Eduardo, lo eligió como su consejero. Pasó los 7 años de su episcopado en incesante actividad pastoral y en continua batalla en defensa de los derechos de su diócesis, que había pasado un periodo de mal gobierno y de abandono, sobre todo a causa de la guerra civil.
Murió en Montefiascone donde había apelado al papa Martín IV, después de una violenta discusión con el arzobispo de Canterbury, Juan Peckham, que lo había excomulgado. El Papa desde el punto de vista jurídico no pudo darle la razón, y le exhortó a la paciencia y a la prudencia. No conoció el éxito de su recurso, así que murió fuera de la comunión Iglesia. Algunas de sus reliquias fueron llevadas a Hereford, donde nació un movimiento popular para su canonización, sostenido por su amigo y sucesor Ricardo Swinfield y apoyado por el rey Eduardo I; el recuerdo de su santidad y celo personal prevaleció por encima de su mal carácter y de la excomunión y fue canonizado en 1320 por el papa Juan XXII.
El Martirologio Romano menciona a Santo Tomás el día del aniversario de su muerte, pero los canónigos regulares de Letrán y las diócesis de Birmingham, Shrewsbury y otras celebran su fiesta el 3 de octubre. Las diócesis de Cardiff y Salford la celebran el 5 de octubre, y la de Westminster el 22 del mismo mes.
Nació en Hambledon (Buckinghamshire, Inglaterra), era hijo del barón normando lord Guillermo de Cantelupe, senescal del rey Juan de Inglaterra. Encomendada su educación primero a su tío Walter Cantelupe, obispo de Hereford, y luego al arzobispo de Canterbury el dominico fray Robert Kilwarby, pasó en la adolescencia a París a estudiar filosofía y de ahí a Orleans donde se graduó en Derecho civil. Acompañando a su padre, asistió en 1245, al I concilio de Lyon, donde el papa Inocencio IV lo ordenó sacerdote y le dio el título de capellán suyo. Estudió en Oxford donde se doctoró en Derecho canónico y donde fue profesor de esta materia; en el 1261 fue nombrado canciller de la universidad de Oxford.
Tomó parte en la luchas entre los barones y el rey Enrique III, y solicitó el arbitrio del rey de Francia. No pudo evitar una guerra civil, pero al salir victoriosos los barones, le nombraron canciller del reino de Inglaterra en el 1265. Pero él no quiso meterse en política y renunció; regresó a sus clases en Oxford. El papa el beato Gregorio X, le nombró capellán pontificio, y para que asistiera al II concilio de Lyon, donde tuvo lugar la unión con el Oriente cristiano. Su generosidad fue proverbial frente a todos los indigentes que pululaban en Oxford. Esto hizo que en 1275, se le nombrara obispo de Hereford en Gales. Después el rey Eduardo, lo eligió como su consejero. Pasó los 7 años de su episcopado en incesante actividad pastoral y en continua batalla en defensa de los derechos de su diócesis, que había pasado un periodo de mal gobierno y de abandono, sobre todo a causa de la guerra civil.
Murió en Montefiascone donde había apelado al papa Martín IV, después de una violenta discusión con el arzobispo de Canterbury, Juan Peckham, que lo había excomulgado. El Papa desde el punto de vista jurídico no pudo darle la razón, y le exhortó a la paciencia y a la prudencia. No conoció el éxito de su recurso, así que murió fuera de la comunión Iglesia. Algunas de sus reliquias fueron llevadas a Hereford, donde nació un movimiento popular para su canonización, sostenido por su amigo y sucesor Ricardo Swinfield y apoyado por el rey Eduardo I; el recuerdo de su santidad y celo personal prevaleció por encima de su mal carácter y de la excomunión y fue canonizado en 1320 por el papa Juan XXII.
El Martirologio Romano menciona a Santo Tomás el día del aniversario de su muerte, pero los canónigos regulares de Letrán y las diócesis de Birmingham, Shrewsbury y otras celebran su fiesta el 3 de octubre. Las diócesis de Cardiff y Salford la celebran el 5 de octubre, y la de Westminster el 22 del mismo mes.
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