Memoria de santos Sixto II, papa, y compañeros mártires. El papa Sixto, mientras celebraba los sagrados misterios enseñando a los hermanos los preceptos divinos, por orden del emperador Valeriano, fue de repente arrestado por los soldados y decapitado el 6 de agosto; con él sufrieron martirio cuatro diáconos, sepultados junto al pontífice en Roma en el cementerio de Calixto en la vía Appia. En el mismo día también los santos Agapito y Felicisimo, sus diáconos, murieron en el cementerio de Pretextato, donde fueron sepultados.
Nació en Atenas. Subió al pontificado unos días después del edicto de persecucón de Valeriano, sucediendo a san Esteban I. Aunque se sintiera vigilado, Sixto se las ingenió para regular las tensas relaciones existentes entre la Sede romana y algunas Iglesias del Norte de África y Asia Menor. Heredó de su antecesor la polémica sobre el bautismo a los herejes, Sixto se mantuvo firme y conciliador sobre la doctrina tradicional de la validez del bautismo como único sacramento sin necesidad de volverlo a realizar, como también sostenía san Cipriano.
El emperador Valeriano proclamó un segundo edicto más riguroso contra los cristianos en el 258, la persecución se cebó en la Iglesia romana y diezmó a sus dirigentes, empezando por el mismo Pontífice. Mientras predicaba en las catacumbas de Pretextato, durante la celebración litúrgica, fue capturado y martirizado junto con sus diáconos Agapito y Felicísimo.
San Cipriano dijo lacónicamente: "Sixto ha sido muerto en el cementerio el 6 de Agosto, y cuatro diáconos han muerto con él"; y la inscripción del papa san Dámaso: "En el tiempo en que la espada desgarró las vísceras de la madre (Iglesia), yo, el pastor aquí sepultado, enseñaba los mandamientos del cielo. Llegan de improviso y se apoderan de mí mientras estoy sentado en mi cátedra; habían sido mandado unos soldados, y el pueblo tendió el cuello a su espada. El anciano vio enseguida que deseaba recibir en su lugar la palma del martirio, y fue el primero que ofreció su cabeza, a fin de que el impaciente furor de los enemigos no descargara sobre ningún otro. Cristo, que recompensa con la vida eterna, manifiesta el mérito del pastor y toma consigo al rebaño".
El Martirologio Romano anterior a 1970 conmemoraba junto a él a los subdiáconos Esteban, Jenaro, Magno, Vicente y un cierto Cuarto, todos mártires. Fue enterrado en el cementerio de Calixto. Su nombre fue introducido en el Canon de la misa.
Nació en Atenas. Subió al pontificado unos días después del edicto de persecucón de Valeriano, sucediendo a san Esteban I. Aunque se sintiera vigilado, Sixto se las ingenió para regular las tensas relaciones existentes entre la Sede romana y algunas Iglesias del Norte de África y Asia Menor. Heredó de su antecesor la polémica sobre el bautismo a los herejes, Sixto se mantuvo firme y conciliador sobre la doctrina tradicional de la validez del bautismo como único sacramento sin necesidad de volverlo a realizar, como también sostenía san Cipriano.
El emperador Valeriano proclamó un segundo edicto más riguroso contra los cristianos en el 258, la persecución se cebó en la Iglesia romana y diezmó a sus dirigentes, empezando por el mismo Pontífice. Mientras predicaba en las catacumbas de Pretextato, durante la celebración litúrgica, fue capturado y martirizado junto con sus diáconos Agapito y Felicísimo.
San Cipriano dijo lacónicamente: "Sixto ha sido muerto en el cementerio el 6 de Agosto, y cuatro diáconos han muerto con él"; y la inscripción del papa san Dámaso: "En el tiempo en que la espada desgarró las vísceras de la madre (Iglesia), yo, el pastor aquí sepultado, enseñaba los mandamientos del cielo. Llegan de improviso y se apoderan de mí mientras estoy sentado en mi cátedra; habían sido mandado unos soldados, y el pueblo tendió el cuello a su espada. El anciano vio enseguida que deseaba recibir en su lugar la palma del martirio, y fue el primero que ofreció su cabeza, a fin de que el impaciente furor de los enemigos no descargara sobre ningún otro. Cristo, que recompensa con la vida eterna, manifiesta el mérito del pastor y toma consigo al rebaño".
El Martirologio Romano anterior a 1970 conmemoraba junto a él a los subdiáconos Esteban, Jenaro, Magno, Vicente y un cierto Cuarto, todos mártires. Fue enterrado en el cementerio de Calixto. Su nombre fue introducido en el Canon de la misa.
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