En Watherford, en Irlanda, beato Edmundo Ignacio Rice, que con todo entusiasmo y perseverancia se entregó a la formación de los niños y de los jóvenes, en difíciles condiciones. Para el auge de esta obra fundó la Congregación de los Hermanos Cristianos y la de los Hermanos de la Presentación.
Nació en Watercourt, Callan, Irlanda, en el seno de una familia de agricultores. A causa de las "Penal Laws", leyes restrictivas contra los católicos de Irlanda, sus sacerdotes perseguidos que no podían tener escuelas, Edmundo fue educado en las escuelas clandestinas organizadas por los irlandeses en los campos, muy ligadas a la fe católica y sus profesores se trasladaban siempre de un lugar a otro. Edmundo también estudió en una escuela clásica de Kilkenny City; ya que a los católicos les estaba prohibido el acceso a la carrera militar, a los puestos estatales y jurídicos, a este joven de 17 años se fue a trabajar como aprendiz junto a un tío paterno que era exportador de mercancías en Waterford.
Con los años llegó a ser un mercader de éxito; en el 1787, con 25 años, se casó, pero dos años después se quedó viudo con una niña deficiente llamada Mary. Intensificó la unión con Dios en la meditación de las Escrituras, frecuentó los sacramentos y la misa, dedicándose a las obras de caridad y ayudando a los pobres con sus propios bienes.
En aquel período de gran fermento para la sociedad irlandesa, con el aumento de la población, en el doble, en sesenta años, la independencia de Estados Unidos en el 1776, los católicos de Irlanda pidieron la paridad de derechos con los protestantes, pero era necesario hacer algo por la educación, por esto Edmundo se propuso trabajar en este campo esencial para sociedad del futuro. Había conocido a la Sierva de Dios "Nano" Nagle, que en el 1778 había fundado las Hermanas de la Presentación para la instrucción y el cuidado de las niñas, y la había ayudado a abrir una casa en Waterford.
Con este ejemplo, en 1793 comenzó su obra para la educación. Obtuvo los fondos necesarios, le pidió al papa Pío VI para abrir un nuevo Instituto y con el apoyo del obispo de Hussey, fundó en un establo abandonado, una escuela provisional, después de vender su hacienda y colocar adecuadamente a su familia. Después de las iniciales dificualtades, nació en 1806, la Congregación de los Hermanos de la Presentación, con la misión de la educación cristiana y de llevar a los pobres al conocimiento de su dignidad y filiación divina. El nuevo Instituto fue el primero que surgió en Irlanda, Edmundo tomó el nombre de Ignacio, fundó un monasterio llamado Mont Sion en Waterford, que será la Casa madre. El número de religiosos creció y se extendió por Irlanda y seguían la Regla de las Hermanas de la Presentación, pero sujetos a la jurisdicción de los obispos. En 1817 conoció a los hermanos de las Escuelas Cristianas, fundadas por san Juan Bautista de La Salle y pidió a la Santa Sede la aprobación de una Regla semejante para su Instituto. Fue aprobado por Pío VII en 1820. En 1822, la mayor parte de los Hermanos de la Presentación aceptaron la nueva Regla y cambiaron su nombre por el de Hermanos Cristianos y eligieron a Edmundo como su Superior General.
No todos se adhirieron, comandados por el hermano Miguel Agustín Riordan, permanecieron con la denominación inicial y bajo jurisdicción diocesana hasta que en 1889, tuvieron la aprobación pontificia. Las dos Instituciones se expandieron por Inglaterra, Gibraltar y Australia. En 1838, Edmundo dimitió como Superior General a causa de la edad y murió con fama de santidad en Mont Sion (Waterford). Las dos Congregaciones, hoy están presentes en los cinco Continentes, en las regiones de misión de la Iglesia y entre los marginados de las grandes ciudades.
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