jueves, 30 de abril de 2020

San Mercurial de Forlí

En Forlí, en la Emilia, san Mercurial, obispo, a quien la tradición considera como el instaurador de esta sede episcopal.

Fue el primer obispo de Forlí; combatió el paganismo y el arrianismo. Sobre su vida nacieron muchas leyendas.

Los testimonios más antiguos sobre san Mercurial se refieren a su culto, y a las iglesias que se le dedicaron, como la actual basílica de Forli que está bajo su patrocinio. Entre el 1050 y el 1084, un escritor anónimo (que fue identificado como san Pedro Damián) escribió la primera “Vita”, basándose en las pinturas que habían en la antigua basílica. En esta biografía se sitúan dos elementos característicos: en Rímini un juez pagano llamado Tauro, isultó a los cristianos y en particular se rió de la Eucaristía, que para él no era más que una comida para digerirse como otros alimentos. Los santos obispos de la región, Mercurial de Forlì, Rufilo de Forlmpopoli, León de Montefeltro, Gaudencio de Rimini y Geminiano de Módena, para que no se resintiera la fe de sus fieles, aceptaron el desafío de Tauro, todos juntos consagraron las sagradas especies y le dijeron: ahora las comes, pero después morirás en una muerte ignominiosa. Hay que decir que las afirmaciones de Tauro coinciden con las enseñanzas de Berengario de Tours, que en tiempos que se escribió esta biografía, causaba mucho daño entre los fieles.

El segundo episodio se refiere a un dragón que en aquel tiempo aterrorizaba la zona entre Forlì y Forlimpopoli. De común acuerdo los obispos Mercurial y Rufilo, se enfrentaron al dragón, le colocaron sus estolas en el cuello y de esta forma lo inmovilizaron y lo encerraron en un profundo pozo, donde, según la tradición, en el día de la fiesta de san Mercurial, se agita y tiembla. 

Mercurial murió un 30 de abril, después de exhortar a sus fieles a permanecer fieles en la fe; fue sepultado en un mausoleo y en su honor fue edificada la iglesia. El hagiógrafo Lanzoni demostró que el autor de la “Vita” interpretó de forma errónea las pinturas que existían en la primitiva iglesia ya que había cuatro escenas que debían reagruparse en dos ciclos que representaban el triunfo del Cristianismo sobre la idolatría y el triunfo de la ortodoxia sobre el arrianismo. Hay que hacer notar, que a mitad del s. XI, se pensaba que Mercurial había sido contemporáneo de los obispos santos de la región. 

En 1232, se formó una segunda leyenda basadas de nuevo en las pinturas, en este caso de la segunda basílica, también desaparecida, en la que se decía que Mercurial peregrinó a Jerusalén y regresó con muchas reliquias y liberó al pueblo de Forlì de la esclavitud del rey visigodo de España, Alarico, al que había curado de una enfermedad y como recompensa obtuvo la libertad de dos mil esclavos forlineses. En esta ciudad hay un barrio existe un barrio, que data del siglo XI, con el nombre de “Schiavonia” que recuerda a los esclavos liberados. 

Más tarde. en el s. XVII, los escritores forlineses se encontraron ante una dificultad, pues según las tradiciones locales con aquellas de Rímini, se pensaba que todo el grupo de santos obispos antes citado, estuvieron presentes en el Concilio de Rímini en el 359. Algunos modificaron nombres de personas y de lugares, cambiaron Alarico por Atanarico, redujeron el pontificado de Mercurial a los años 359-406; otros pensaron que hubo en Forlì dos o tres obispos de nombre Mercurial, y que estuvieron al mando de la diócesis en los siguientes periodos: 130-156, 359-406 y 442-449.

Lanzoni ha demostrado lo absurdo de estas leyendas y él afirma que el Mercurial del s. IV, fue el primer obispo de Forlì y que el día 30 de abril es la celebración del traslado de su cuerpo del cementerio a la primitiva basílica. Patrón de Forlí.

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