Se desconoce su fecha de nacimiento; fue consagrado el 18 de enero del año 336; murió el 7 de octubre de 336. Después de la muerte del Papa San Silvestre I, Marcos fue elevado a la silla episcopal romana como su sucesor. El “Liber Pontificalis" dice que fue un romano, y que su padre se llamaba Prisco. La carta de Constantino el Grande, convocando a una conferencia de obispos para la investigación de la disputa donatista, es dirigida al Papa San Melquíades y a un Marcos (Eusebio, “Hist. Eccl.”, X,5). Evidentemente este Marcos era un miembro del clero romano, sacerdote o primer diácono, y es quizá el mismo que el Papa. El Catálogo Liberiano de Papas (Duchesne, "Liber Pontificalis", I, 9) da la fecha de la elección de Marcos (18 de enero de 336), la cual es históricamente cierta; así también el día de su muerte (7 de octubre), que es especificado del mismo modo en el "Depositio episcoporum" de la “Cronografía” de Filócalo, cuya primera edición apareció en el año 336.
No nos ha llegado ninguna información respecto a la interposición del Papa en los problemas arrianos, que entonces estaban afectando tan activamente a la Iglesia de Oriente. Una supuesta carta de él a San Atanasio es una falsificación posterior. El autor del "Liber Pontificalis" (ed. Duchesne, I, 20) le atribuye a Marcos dos constituciones. De acuerdo a una de ellas, él invistió al obispo de Ostia con el palio, y ordenó que este obispo consagrara al obispo de Roma. Es cierto que hacia finales del siglo IV el obispo de Ostia le confirió la consagración episcopal al recién electo Papa; Agustín expresamente da testimonio de esto (Breviarium Collationis, III, 16). Es de hecho posible que Marcos hubiese confirmado este privilegio por una constitución, lo cual no descarta el hecho de que el obispo de Ostia antes de este tiempo usualmente consagrara al nuevo Papa. En cuanto a la concesión del palio, no se puede establecer el relato basado en fuentes del siglo IV, puesto que los monumentos más antiguos que muestran esta divisa, pertenecen a los siglos V y VI, y la más antigua mención escrita de un Papa que concede el palio data del siglo sexto. (cf. Grisar, "Das römische Pallium und die altesten liturgischen Schärpen", en "Festschrift des deutschen Campo Santo in Rom", Freiburg im Br., 1897, 83-114).
El "Liber Pontificalis” comenta además de Marcos: "Et constitutum de omni ecclesia ordinavit"; pero no sabemos a que constitución esto se refiere. El autor del "Liber Pontificalis" le atribuye a este Papa la construcción de dos basílicas. Una de éstas fue construida dentro de la ciudad en la región "juxta Pallacinis"; es la actual iglesia de San Marco, que sin embargo recibió su presente forma externa por alteraciones posteriores. Se menciona en el siglo V como una iglesia titular romana, así que sin dificultad se le puede atribuir su fundación a San Marcos. La otra estaba fuera de la ciudad; era una iglesia cementerio que el Papa mandó a construir sobre la catacumba de Balbina, entre la Vía Apia y la Vía Ardeatina (cf. De Rossi, "Roma sotterranea", III, 8-13; "Bullettino di arch. crist.", 1867, 1 sqq.; Wilpert, "Topographische Studien uber die christlichen Monumente der Appia und der Ardeatina", en "Rom. Quartalschrift", 1901, 32-49). El Papa obtuvo del Emperador Constantino regalos de tierras y muebles litúrgicos para ambas basílicas.
Marcos fue enterrado en la Catacumba de Balbina, en donde él había construido la iglesia cementerio. Su tumba es expresamente mencionada allí por los itinerarios del siglo VII (De Rossi, "Roma sotterranea", I, 180-1). La fiesta del Papa difunto fue dada el 7 de octubre en el antiguo calendario romano de fiestas, que fue insertado en el "Martyrologium Hieronymianum”; todavía se guarda en la misma fecha. En un manuscrito antiguo se conserva un poema laudatorio (desafortunadamente en un texto mutilado), que el Papa San Dámaso I había compuesto sobre un San Marcus. (De Rossi, "Inscriptiones christ. urbis Romae.", II, 108; Ihm, "Damasi epigrammata", Leipzig, 1895, 17, no. 11). De Rossi lo refiere al Papa Marcos, pero Duchesne (loc. cit., 204), no acepta esta opinión. Puesto que los contenidos del poema son de una naturaleza enteramente general, sin ninguna característica particularmente distintiva de la vida del Papa Marcos, el asunto no es de gran importancia.
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