sábado, 21 de mayo de 2022

21 de Mayo - Beatos MANUEL GÓMEZ GONZÁLEZ y ADILIO DARONCH

En Três Passos, Brasil, beatos Manuel Gómez González, presbítero, y Adílio Daronch, joven acólito suyo, mártires.

Don Manuel Gómez nació en As Neves (cerca de Tuy, Pontevedra) en 1877. En el seno de una familia campesina. Fue ordenado sacerdote en 1902. Ejerció su ministerio sacerdotal durante un breve período de tiempo en su diócesis, para luego pasar a la de Braga (Portugal) hasta que la persecución religiosa le obligó a trasladarse a Brasil.

En este nuevo destino pasó por varias parroquias, hasta que fue nombrado párroco de Nonoai, donde promovió y organizó la catequesis; impulsó la participación sacramental. Con tenacidad y gran celo apostólico logró vencer la indiferencia de mucha gente; así mismo, contribuyó a mejorar la calidad de vida de los fieles.

Allí llevó a cabo una labor pastoral tan intensa que en ocho años cambió el rostro de la parroquia, cuidando también de los indios. Recorrió a los largo y a lo ancho el territorio de su vasta parroquia, fundando pequeñas comunidades. Dado que no había escuelas en aquellos lugares, abrió una en su propia casa; en ella enseñaba gratuitamente a niños y adolescentes. Además, como había gran carestía de todo, construyó un horno para la fabricación de ladrillos; así pudo edificar la casa parroquial y viviendas para la población, que destinó a los más pobres, los cuales no necesitaban pagar el alquiler. Restauró la iglesia y se esforzó por fomentar el cultivo de arroz y patatas. Como atestiguan los que le conocieron, era un sacerdote alegre y caritativo.

Adilio Daronch nació en 1908 en Dona Francisca, Brasil, en el seno de una familia de emigrantes italianos y farmacéuticos. Adilio era un niño sencillo y religioso. Le gustaba mucho orar y acompañar a su párroco Don Manuel Gómez González. Sobre todo le ayudaba a Misa como monaguillo.

El obispo le pidió a Don Manuel que fuera a visitar a un grupo de colonos brasileños de origen alemán instalados en la floresta de Três Passos. Los fieles indígenas avisaron al sacerdote del peligro que correría si penetraba en la floresta. Al llegar al emporio, en busca de información sobre cómo llegar a los colonos, se encontraron con algunos militares que, amablemente, se ofrecieron para acompañarlos. En verdad, se trataba de una emboscada organizada premeditadamente. El padre Manuel y su acólito Adílio Daronch, fueron llevados a una zona remota de la floresta, donde los esperaban los jefes militares para asesinarlos. Fueron maltratados, y luego atados a dos árboles y fusilados, por odio a la fe cristiana. Fueron beatificados el 21 de octubre de 2007, en Frederico Westphalen, Brasil, durante el pontificado de Benedicto XVI.

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