lunes, 10 de octubre de 2016

Beata Sor María Catalina Irigoyen Echegaray


Sor María Catalina Irigoyen Echegaray nace en Pamplona (Navarra) el 25 de noviembre de 1848. Es la 6 de los 7 hijos del Hogar Irigoyen Echegaray, establecidos en la Calle Mercaderes, 9 (hoy Blanca de Navarra).

Sus Padres son Don Tiburcio Irigoyen, originario de Errazu en el Valle del Baztán. Don Tiburcio llegrá a ser Presidente de la Diputación Foral de Navarra. Doña Leonarda Echegaray, natural de Pamplona, su familia está entroncada con la Familia de San Francisco Javier.

El 26 de noviembre, Desposorios de la Virgen, es bautizada en la Iglesia catedral de Pamplona y el 26 de noviembre de 1860 María Catalina recibe la primera Comunión. De familia profundamente cristiana es educada en la fe. Durante su juventud desempeña el cargo de Presidenta de las Hijas de María, siendo manifiesta su caridad tanto en el ámbito familiar como entre los enfermos y los pobres.

El 17 de diciembre de 1868 muere doña Leonarda Echegaray, la madre de María Catalina. Y apenas tres años más tarde, el 15 de febrero de 1871 fallece el padre, don Tiburcio. Para estas fechas, febrero de 1871, las hermanas mayores, Joaquina y Cipriana, ya habían contraído matrimonio por lo que el hogar de los Irigoyen, busca su refugio, se ampara por decirlo así, bajo la sombra protectora de María Catalina y es acertadamente dirigido por su prudencia y equilibrio.

La Familia es amplia: En la casa de Mercaderes, 9 se acogen en este tiempo: Juan Pedro Alejandrino, de 30 años; Norberto de 24 y María Catalina que cuenta con 22. También conviven bajo el mismo techo, doña Mercedes Irigoyen ya de edad avanzada, hermana de don Tiburcio y un hermano de la madre, doña Leonarda, “el tío José Luis” subnormal profundo y una figura siempre querida entrañablemente en la familia. María Catalina se desvive por todos teniendo como ayuda eficaz y de plena confianza a Juana Artola, quien es su gran apoyo, compartiendo ambas trabajo, descanso y piedad.

Cuantos la tratan quedan prendados de su bondad, su carácter firme y suave al mismo tiempo, su constancia y su tenacidad. Aparece siempre como “sin penas, alegre y con ánimo fuerte, dispuesta a acoger a todos con jovialidad y a ayudarlos en cuanto esté de su mano”.

Tiene tiempo para todos. Es incansable. A pesar de lo que supone la atención a los suyos, aún saca tiempo para visitar el Hospital y con delicadeza y decisión lleva a su casa la ropa de los enfermos y allí la lava y repara en cuanto necesita. Y, lo más admirable en ella es esa sencillez con la que realiza las cosas “hacía todo con tal naturalidad que apenas te apercibías de su humildad” dice una de las testigos.

Al llegar las Siervas de María a Pamplona en 1878, solicita ser admitida a la Fundadora, Santa María Soledad Torres Acosta, en este Instituto ingresando el 31 de diciembre de 1881 en Pamplona. Hace el Noviciado en Madrid. Toma el Hábito 12 de marzo 1882 y cambia su nombre de María Catalina por el de María de los Desposorios. Emite su Profesión Temporal el 14 de mayo de 1883 y la Profesión Perpetua 15 de julio 1889. Permanecerá hasta su muerte, en la capital de España.

Como Sierva de María hace derroches de caridad atendiendo incansable a los enfermos en las repetidas epidemias de cólera, tifus y viruela que por aquellos años asolan España, así como en la gripe de 1890. Destacan todos su dedicación a los enfermos sin ningún miedo al contagio.

“Solo sirvo para servir” es la consigna de su vida y se entrega sin condiciones a quien la pueda necesitar, dentro y fuera del convento. Saca tiempo para todo y sostiene su vida un amor sin medida a la Eucaristía ante la que pasa largas horas en adoración.

En 1913 se le diagnostica una tuberculosis ósea y tras prolongados sufrimientos que acepta con pleno abandono en las manos de Dios y con una difundida fama de santidad, muere en Madrid el 10 de octubre de 1918.

Cronología de los Procesos:

Proceso de Virtudes:

El Proceso de Virtudes se inicia el 14 de febrero de 1962 en el Pontificado de Juan XXIII.
 El 30 de marzo de 1981, Juan Pablo II promulgó el Decreto de la heroicidad de sus Virtudes (Venerable)

Proceso de Milagro:

 Tuvo lugar este Proceso en la diócesis de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y se desarrolló del 9 al 21 de junio de 2006. El Proceso comprendió 25 sesiones en las que declararon 15 testigos del hecho considerado milagroso: la curación rápida y sin secuelas del Dr. Luis Fernando Padilla Gómez quien presentó, súbitamente, con fecha 24 de octubre 2004, una hidrocefalia causada por un hidroma cerebral que se complicó posteriormente con una meningitis, anoxia cerebral, hemorragias e infartos cerebrales. (Don Luis Fernando Padilla, fallece el 26 de septiembre 2007, debido a un infarto cardiaco, totalmente desligado a la patología de la que fue curado milagrosamente)
 20 de mayo 2010, Consulta Médica se reconoce que científicamente esta curación es inexplicable
 Se fija el 5 de octubre 2010, tiene lugar la Discusión de los Teólogos, obteniéndose 7 Votos Positivos. Reconociendo que esta curación se atribuye a la intercesión de Sor María Catalina.
 El día 15 de febrero de 2011 se celebra la Sesión Ordinaria de Padres Cardenales y Obispos. El milagro es aprobado por unanimidad por los 15 Padres de la Sesión.
 Con fecha 28 de febrero 2011, a sugerencia del Cardenal Angelo Amato, Prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos, por razones pastorales ya que el nombre de María Desposorios resulta incomprensible para la gente y difícil de traducir a otros idiomas, se solicita el cambio de nombre.
 11 de marzo, en el Congreso Ordinario de la Congregación para las Causas de los Santos viene determinado que nuestra Hermana sea reconocida como María Catalina (María Desposorios) Irigoyen Echegaray
 El 2 de abril de 2011, el Santo Padre Benedicto, Promulga el Decreto de Milagro que da paso a la Beatificación de nuestra Venerable Sor María Catalina.
 Es beatificada el 29 de octubre de 2011 en Madrid.

Máximas:

“Sea de mí lo que sea, mi único anhelo es amar a Dios sin interrupción, hasta el fin de mi vida”.

“Yo en profesando, no quiero distraerme en ninguna cosa de negocios e intereses. Quisiera de una vez, acabar con todos los negocios terrenos que me distraen. Entro Sierva de María, porque lo que lo que de verdad yo deseo es sacrificarme y sufrir mucho por amor de Dios”.

“Mi mayor deseo es conocer cada vez más a Jesús y por medio de la obediencia, hacer siempre su divina voluntad. Es lo único que me interesa”.

“Quisiera solamente amar y servir cada día con más perfección a mi amado Esposo Jesús, que me ha hecho tan gran dicha de elegirme como esposa suya. Jesús es mi vida, sin Él no puedo vivir”.

“Al salir de casa ofrezcamos a Dios nuestros pasos, pensamientos, palabras; las mortificaciones y humillaciones que se nos presenten y todo lo que con su gracia, hagamos hoy. Todo por ti, Dios mío, todo por ti”.

“Tenemos que ofrecer todos los pasos por amor de Dios, a fin de ganar muchas almas para Él”.

“Hay que tener mucho amor a la Iglesia. Tenemos que pedir mucho por el Santo Padre y por los Sacerdotes: que Dios les dé fortaleza y luz, para hacer bien a las almas”.

“Hemos de seguir por las calles a Cristo en su Vía Dolorosa. Hemos de ofrecerlo todo por la salvación de los hombres”.

“Vamos a rezar por quien no tenga fe y para desagraviar al Señor por lo que le han ofendido”

“Estoy sumamente agradecida al Señor por la enfermedad que me ha mandado. Con ella puedo dedicar más horas del día a estar en su presencia, delante del Sagrario, ya que otra cosa no puedo hacer. Estoy muy conforme con mis dolores. Todo sea por amor de Dios”.

ORACIÓN PARA PEDIR UNA GRACIA A DIOS POR INTERCESIÓN DE LA BEATA MARIA CATALINA IRIGOYEN ECHEGARAY

Señor Jesús, médico de las almas y de los cuerpos que llamaste a Sor María Catalina a consagrarse a ti como Sierva de María para que entregada al servicio de los enfermos fuera para ellos, presencia de tu amor que fortalece y sana. Concédenos esa unión contigo que llenó y movió toda su vida y alcánzanos por su intercesión la gracia que hoy te pedimos para tu mayor gloria. Amén. 

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