Yo, Juan, oí cómo la voz del cielo que había escuchado antes se puso a hablarme de nuevo, diciendo:
-«Ve a coger el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra. »
Me acerqué al ángel y le dije:
-«Dame el librito.»
Él me contestó:
-«Cógelo y cómetelo; al paladar será dulce como la miel, pero en el estómago sentirás ardor.»
Cogí el librito de mano del ángel y me lo comí; en la boca sabía dulce como la miel, pero, cuando me lo tragué, sentí ardor en el estómago.
Entonces me dijeron:
-«Tienes que profetizar todavía contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.»
En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:
-«Escrito está: “Mi casa es casa de oración”; pero vosotros la habéis convertido en una “cueva de bandidos.”»
Todos los días enseñaba en el templo.
Los sumos sacerdotes, los escribas y los notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.
Palabra del Señor.
No te conozco. Me ha gustado el blog.
ResponderEliminarAlgún día tendré que poner alguna cosa en mi blog parroquial sacada de éste. Siempre pondré el origen. Franja.
http://santamariadebaionadiocesistuy-vigo.blogspot.com.es/