viernes, 17 de junio de 2011

Lecturas



Hermanos:
Son tantos los que presumen de títulos humanos, que también yo voy a presumir.
Pues, si otros se dan importancia, hablo disparatando, voy a dármela yo también.
¿Que son hebreos?, también yo; ¿que son linaje de Israel?, también yo; ¿que son descendientes de Abrahán?, también yo; ¿que sir ven a Cristo?, voy a decir un disparate: mucho más yo.
Les gano en fatigas, les gano en cárceles, no digamos en palizas y en peligros de muerte, muchísimos; los judíos me han azotado cinco veces, con los cuarenta golpes menos uno; tres veces he sido apalea do, una vez me han apedreado, he tenido tres naufragios y pasé un ¿noche y un día en el agua?
Cuántos viajes a pie, con peligros de ríos, con peligros de bandoleros, peligros entre mi gente, peligros entre gentiles, peligros en la ciudad, peligros en despoblado, peligros en el mar, peligros con los falsos hermanos.
Muerto de cansancio, sin dormir muchas noches, con hambre y sed, a menudo en ayunas, con frío y sin ropa.
Y, aparte todo lo demás, la carga de cada día, la preocupación por todas las Iglesias.
¿Quién enferma sin que yo enferme?; ¿quién cae sin que a mí m dé fiebre?
Si hay que presumir, presumiré de lo que muestra mi debilidad.



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro allí está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad! »


Palabra del Señor.

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