lunes, 20 de abril de 2009

Vía Lucís

VÍA LUCÍS, siento llegar con una semana de retraso, ya que se tenía que haber empezado el Domingo de Pascua, pero bueno lo importante es vivirlo con la intensidad que corresponde a nuestra FE en JESÚS.

Hoy iniciamos con una explicación y todos los pormenores de Vía Lucís, mañana iniciaremos las estaciones, hasta concluir en la catorceava estación.

¿POR QUÉ EL VIA LUCIS?

Hay una devoción popular con tradición desde la edad media, que es el Vía Crucis (el camino de la cruz). En él se recorren los momentos más sobresalientes de la Pasión y Muerte de Cristo: desde la oración en el huerto hasta la sepultura de su cuerpo (cf. "Vía Crucis según los relatos evangélicos"). Pero ésta es la primera parte de una historia que no acaba en un sepulcro, ni siquiera en la mañana de la Resurrección, sino que se extiende hasta la efusión del Espíritu Santo y su actuación maravillosa.

Desde el Domingo de Pascua hasta el de Pentecostés hubo cincuenta días llenos de acontecimientos, inolvidables y trascendentales, que los cercanos a Jesús vivieron intensamente, con una gratitud y un gozo inimaginables.

De igual forma que las etapas de Jesús camino del Calvario se han convertido en oración, queremos seguir también a Jesús en su camino de gloria. Éste es el sentido último de esta propuesta una invitación a meditar la etapa final del paso de Jesús por la tierra.

El Vía Lucís, "camino de la luz" es una devoción reciente que puede complementar la del Vía Crucis. En ella se recorren catorce estaciones con Cristo triunfante desde la Resurrección a Pentecostés, siguiendo los relatos evangélicos. Incluimos también la venida del Espíritu Santo porque, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica: "El día de Pentecostés, al término de las siete semanas pascuales, la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo que se manifiesta, da y comunica como Persona divina" (n.731).

La devoción del Vía Lucís se recomienda en el Tiempo Pascual y todos los domingos del año que están muy estrechamente vinculados a Cristo resucitado.

SU SENTIDO:

El Misterio Pascual es el centro de la vida de Cristo.
Está estructurado en base a los dos aspectos de la muerte-resurrección.
La mediación popular del primer acto es el Vía crucis. Después del Vaticano II, se vuelve a descubrir la
necesidad de la mediación popular del segundo aspecto: La Vía lucís.
La Pascua no debe ser tan sólo una fiesta del calendario, sino un estilo de vida.
El Vía Lucís se presenta simétrica al Vía Crucis: catorce estaciones, con su paso bíblico correspondiente, que van desde el sepulcro vacío, primer signo de la Pascua, hasta Pentecostés, su fruto primordial.
A lo largo del Vía Lucís la Madre de Jesús permanece a nuestro lado, Ella, la regocijada con el Hijo Resucitado.
Los misterios gozosos de la tradición del rosario de María son en sí la síntesis del Vía Lucís, que comprende el proceso natural que va de la Pascua del Hijo que vence a la muerte, a la de los hijos, con la irrupción triunfal del Espíritu Santo en el Cenáculo.

SU ESTRUCTURA:

1. La Resurrección - Jesús resucita de la muerte
2. El sepulcro vacío - Los discípulos encontraron el sepulcro vacío
3. ¡He visto al Señor! - El Resucitado se manifiesta a la Magdalena
4. A través del camino - El Resucitado en el camino de Emaús
5. Cena de Emaús - El Resucitado se manifiesta al partir el pan
6. En el Cenáculo - El Resucitado se presenta vivo ante los discípulos
7. La Reconciliación - El Resucitado da el poder de perdonar los pecados
8. Con Tomás - El Resucitado confirma la fe de Tomás
9. Pesca milagrosa - El Resucitado encuentra a los suyos en el lago de Tiberíades
10. Pedro, el guía - El Resucitado confiere el primado a Pedro
11. Misión apostólica - El Resucitado le confía a los discípulos la misión universal
12. Retorno al Padre - El Resucitado sube al cielo
13. La Espera del Espíritu - Con María, a la espera del Espíritu
14. El Espíritu prometido - El resucitado envía a los discípulos el Espíritu Santo Prometido


SU DINÁMICA:

Cada estación se articula en tres pasos:
- proclamación del paso bíblico
- comentario exegético
- aplicación al hombre de hoy

Según el tiempo disponible, se puede optar por:
- seguir todo el texto
- escoger entre comentario y actualización.

La procesión es presidida por tres ministros:
- Uno lleva el cirio pascual encendido;
- El otro el libro de los Evangelios abierto en las narraciones de la resurrección;
- El tercero un ramo de flores, signo de la vida, o un icono de Cristo resucitado.
El Presidente de la asamblea los acompaña;

Los lectores pueden quedarse en el ambón;
y también los guías
Los participantes siguen el itinerario o, según la conveniencia, se quedan en los bancos.
Los cantos son escogidos libremente por la comunidad o el grupo.

TAMBIEN SE PUEDE REZAR ASI:

Para rezar el Vía Lucís, en que compartimos con Jesús la alegría de su Resurrección, proponemos un esquema similar al que utilizamos para rezar el Vía Crucis:

* Enunciado de la estación;

* Presentación o monición que encuadra la escena;

* Texto evangélico correspondiente, con h cita de los lugares paralelos (en las dos últimas estaciones hemos tomado el texto de los Hechos de los Apóstales);

* Comentario al pasaje de la Escritura;

* Oración que pretende tener un tono de súplica

Para completar este esquema, si se desea, después del enunciado de cada una de las estaciones, se puede decir:

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

COMENTARIOS FINALES:

Los acontecimientos del Vía Crucis concluyen en un sepulcro, y dejan quizá en nuestro interior una imagen de fracaso. Pero ése no es el final. Jesús con su Resurrección triunfa sobre el pecado y sobre la muerte. Y, resucitado, dedicará nada menos que cuarenta días en devolver la fe y la esperanza a los suyos. Después los dejará diez días de reflexión - a modo de jornadas de retiro y oración - en torno a María para que reciban la fuerza del Espíritu que les capacite para cumplir la misión que El les ha confiado.
En los encuentros de Jesús con los suyos, llenos de intimidad y de esperanza, el Señor parece jugar con ellos: aparece de improviso, donde y como menos se esperan, les llena de alegría y fe, y desaparece dejándoles de nuevo esperando. Pero después de su presencia viene la confianza firme, la paz que ya nadie podrá arrebatarles. Todo se ilumina de una luz nueva.
El Vía Lucís es el camino de la luz, del gozo y la alegría vividos con Cristo y gracias a Cristo resucitado. Vamos a vivir con los discípulos su alegría desbordante que sabe contagiar a todos. Vamos a dejarnos iluminar con la presencia y acción de Cristo resucitado que vive ya para siempre entre nosotros. Vamos a dejarnos llenar por el Espíritu Santo que vivifica el alma.

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