Lecturas del 30/09/2022

El Señor habló a Job desde la tormenta: «¿Has mandado en tu vida a la mañana o has señalado su puesto a la aurora, para que agarre la tierra por los bordes y sacuda de ella a los malvados, para marcarla como arcilla bajo el sello y teñirla lo mismo que un vestido; para negar la luz a los malvados y quebrar el brazo sublevado?
¿Has entrado por las fuentes del Mar o paseado por la hondura del Océano?
¿Te han enseñado las puertas de la Muerte o has visto los portales de las Sombras?
¿Has examinado la anchura de la tierra?
Cuéntamelo, si lo sabes todo.
¿Por dónde se va a la casa de la luz? ¿Dónde viven las tinieblas?
¿Podrías conducirlas a su tierra o enseñarles el camino de su casa? Lo sabrás, pues ya habías nacido y has cumplido tantísimos años».
Job respondió al Señor: «Me siento pequeño, ¿qué replicaré?
Me taparé la boca con la mano. Hablé una vez, no insistiré, dos veces, nada añadiré»
En aquel tiempo, dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza.
Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaúm, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno.
Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado»

Palabra del Señor.

30 de Septiembre San GREGORIO "el Iluminador"

En Armenia, san Gregorio, apellidado el Iluminador, obispo, que, después de sobrellevar muchos trabajos, se retiró a una cueva cerca de la confluencia del Éufrates ramificado y allí descansó en paz. Es considerado apóstol de los armenios.

Apóstol y primer Patriarca de Armenia. Se ha creado una leyenda en torno a él, diciendo que pertenecía a la línea real de la Dinastía arsácida, siendo el hijo de un parto de nombre Anak, que asesinó a Chosrov I rey de Armenia, y por lo tanto, trajo la ruina sobre sí mismo y su familia. Su madre se llamaba Okohe, y los biógrafos armenios afirman que la primera influencia cristiana que recibió fue en el momento de su concepción, que tuvo lugar cerca del monumento elevado a la memoria de san Judas Tadeo.

Para huir de la venganza, fue educado en Cesarea de Capadocia por un cristiano noble llamado Euthalius, Gregorio solicitó, al llegar a la mayoría de edad, ser el encargado de evangelizar en la doctrina cristiana su tierra natal. A los 22 años se casó con una cristiana de nombre Mariam, de cuyo matrimonio nacen dos hijos, Vartanés y Aristakés. Tras siete años de enlace, interrumpieron su vida matrimonial de común acuerdo, siguiendo las enseñanzas de san Pablo. Gregorio se marchó de Cesarea y Mariam se retiró a un convento, para llevar una vida retirada, pero sin ser religiosa.

En ese momento reina el Armenia Tiridates III, hijo del rey Chosroes. Influido en parte por el hecho de que Gregorio era el hijo del enemigo de su padre, capturó a Gregorio y le sometió a un cruel encarcelamiento de catorce años en un agujero en la llanura de Ararat. En ese mismo lugar se levanta hoy en día la iglesia de Khor Virap, cerca de la histórica ciudad de Artashat. Las crónicas ortodoxas describen numerosas y variadas formas de tortura sufridas por el santo, hasta llegar a ser juzgado y condenado a muerte en doce ocasiones, penas a las que sobrevivió, ayudado, según la tradición, por una mujer creyente que le llevaba cada día un trozo de pan.

Tirídates cayó en profunda tristeza, rozando con la locura y durante un día de caza, comienza una vida errante en el bosque, padeciendo un síndrome similar a la licantropía, ante el que nadie podía acercársele ni llevarlo al palacio. La hermana del rey tuvo, según la leyenda, una visión, en la cual Dios le revela que solamente Gregorio, que está en la mazmorra de Artashat, puede curar a su hermano. Gregorio fue requerido para restaurar la razón del rey, en base a su reconocida santidad. Una vez en la corte, predicó la religión cristiana y oró a Dios para curar al rey Tirídates. Cuando éste sanó, pidió el bautismo y en 301, Armenia se convirtió en el primer país que adoptó el cristianismo como religión del estado.

La causa del cristianismo parecía garantizada: el Rey, los príncipes y el pueblo compitieron entre sí en la obediencia a Gregorio. Como resultado, se establecieron numerosos monasterios, iglesias y escuelas. En 302, Gregorio recibió su consagración como Patriarca de Armenia de parte de san Leoncio de Cesarea. En 318 Gregorio nombró a su hijo Aristaces como su sucesor.

Logró la conversión de los armenios gracias a la ayuda de varios obispos que él mismo bautizó. Visitó Roma y fue nombrado patriarca para Oriente por el papa san Silvestre I. Estuvo 20 años en el episcopado. Hacia el año 331 se retiró a una cueva y vivió como un ermitaño en el Monte Sebuh, en la provincia de Daranalia en la Alta Armenia, y allí falleció pocos años después sin que nadie le acompañase. Cuando se descubrió que había muerto, su cadáver fue trasladado a la aldea de Thodanum (o Tharotan). Los restos del santo fueron repartidos por varios países a modo de reliquias. Se cree que su cabeza se encuentra en Italia, su mano derecha en Echmiadzin, Armenia, y su izquierda en la Santa Sede de Cilicia, en Antelias, Líbano. Patrón de Armenia.

Lecturas del 29/09/2022

Miré y vi que colocaban unos tronos. Un anciano se sentó.
Su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas; un río impetuoso de fuego brotaba y corría ante él. Miles y miles lo servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros.
Seguí mirando. Y en mi visión nocturna vi venir una especie de hijo de hombre entre las nubes del cielo.
Avanzó hacia el anciano y llegó hasta su presencia.
A él se le dio poder, honor y reino.
Y todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieron.
Su poder es un poder eterno, no cesará.
Su reino no acabará.
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?».
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Palabra del Señor.

29 de Septiembre San JUAN DE DUKLA

En Lviv, en Polonia (hoy en Ucrania), san Juan de Dukla, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, que vivió una vida oculta y ascética según usanza de los Observantes, con ferviente dedicación pastoral a la cura de almas y fomento de la unidad de los cristianos.

Natural de Dukla (Polonia). Después de una breve experiencia de vida eremítica, ingresó en la Custodia de los Franciscanos conventuales de Rusia (Rutenio) en Lemberg. Fue ordenado sacerdote y se distinguió por su celo y prudencia, tanto que mereció ser colocado en puestos de responsabilidad. Se dedicó a la predicación y al servicio pastoral en los vastos territorios de las actuales repúblicas de Ucrania, Moldavia y Bielorrusia. 

En aquellos tiempos los franciscanos polacos estaban unidos con los checos en una sola provincia. Por su inclinación a la vida contemplativa obtuvo de los superiores el permiso de vivir en conventos donde se observaba con mayor rigidez la regla franciscana; siguiendo así el consejo de san Juan de Capistrano que ingresara en los franciscanos observantes que, en aquellos momentos, estaban iniciando una de las múltiples reformas franciscanas. En el nuevo ambiente fue pronto uno de los más celosos religiosos, distinguiéndose en la vida de perfección, en el cuidado de las almas y en el trabajo misionero. Sectores especiales de su actividad fueron hasta el fin de su vida el confesionario y el púlpito. Tuvo el don de la curación de enfermos. Trabajó con éxito entre los rutenos en Leópoli, Ucrania. Fue guardián de varios conventos, entre ellos el de Krosno, y gobernó la custodia de Leópoli. 

Al quedar ciego no pudiendo ya preparar las predicaciones, se servía de un novicio que le leía algunos textos sagrados sobre los cuales se preparaba. Soportó la ceguera y otros males que lo afligían sin lamentarse nunca y mostrando a todos una serenidad franciscana. 

Fue fervoroso cumplidor de la regla profesada. Amaba y veneraba el pequeño código franciscano como si fuera el evangelio, lo leía frecuentemente, lo meditaba de continuo, para profundizar siempre más en el espíritu del Seráfico Patriarca. Cuando quedó ciego ya no podía leer la regla franciscana, se la hacía leer de algún novicio. Era llamado por sus cohermanos “Heraldo de la paz y de la unión fraterna”. Aborrecía a los murmuradores y sembradores de cizaña, los amonestaba y corregía. Su vida religiosa estuvo tejida de oración, penitencia y ardiente apostolado.

Murió a los 70 años en Leópoli (hoy Lvov, Ucrania), recitando los salmos penitenciales con sus hermanos. Su tumba se encuentra en el convento franciscano de su ciudad natal. Tras su muerte, su fama de santidad se convirtió muy pronto en culto público en toda la región; los milagros y gracias obtenidas por su intercesión hicieron que se le tributara un culto siempre creciente, que el Papa Clemente XII aprobó el 21 de enero de 1733. En 1739 el mismo papa lo proclamó copatrono del reino de Polonia y del gran ducado de Lituania. SS Juan Pablo II lo canonizó en junio de 1997.

Lecturas del 28/09/2022

Respondió Job a sus amigos: «Sé muy bien que es así: que el mortal no es justo ante Dios. Si quiere pleitear con él, de mil razones no le rebatirá ni una.
Él es sabio y poderoso ¿quién, le resiste y queda ileso?
Desplaza montañas sin que se note, y cuando las vuelca con su cólera.
Estremece la tierra en sus cimientos, hace retemblar sus pilares; manda al sol que no brille y guarda bajo sello las estrellas.
Él solo despliega los cielos y camina sobre el dorso del Mar.
Creó la Osa y Orión, las Pléyades y las Cámaras del Sur.
Hace prodigios insondables, maravillas innumerables.
Si cruza junto a mí, no lo veo, me roza, al pasar, y no lo siento; si en algo hace presa, ¿quién se lo impedirá?, ¿quién le reclamará: “Qué estás haciendo”?
Cuánto menos podré yo replicarle o escoger argumentos contra él. Aunque tuviera yo razón, no respondería, tendría que suplicar a mi adversario; aunque lo citara y me respondiera, no creo que me hiciera caso».
En aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno: «Te seguiré adondequiera que vayas».
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madriguera, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
A otro le dijo: «Sígueme»
Él respondió: «Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre».
Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa».
Jesús le contestó: Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».

Palabra del Señor.

28 de Septiembre Santa EUSTOQUIO DE BELÉN

En Belén de Judea, conmemoración de santa Eustoquio, virgen, la cual, con su madre santa Paula, pasó de Roma a Belén para no privarse del consejo del maestro san Jerónimo, y allí, llena de preclaros méritos, voló al cielo.

Fue la tercera y la más amada hija de santa Paula de Roma, abadesa de Belén. Cuando san Jerónimo llegó a Roma, procedente del Oriente, en el año de 382, Eustoquio y su madre se pusieron bajo su dirección espiritual y, al ponerse de manifiesto las fuertes inclinaciones de la joven hacia la vida religiosa, muchos de sus amigos y parientes se mostraron alarmados. Un tío suyo, llamado Himetio, y su esposa Pretéxtata, trataron de convencerla para que se apartase de aquella vida austera e hicieron intentos para interesarla en los placeres del mundo. Pero todos los esfuerzos fueron vanos y la joven venció toda oposición para tomar el velo y hacer los votos de virginidad. Ella fue la primera doncella de la nobleza romana que tomó tal resolución. Con el fin de guiarla y sostenerla en ella, san Jerónimo le escribió en aquella ocasión su famosa carta, conocida como «Para conservar la virginidad», alrededor del año 384.

Eustoquio debió buena parte de su formación religiosa a santa Marcela, «la gloria de las damas romanas», pero cuando santa Paula decidió seguir a san Jerónimo a Palestina, Eustoquio lo dejó todo para irse con ella. Al grupo se unieron otras doncellas que aspiraban a seguir la vida religiosa; la comitiva se entrevistó con san Jerónimo en Antioquía, hizo una visita a los Santos Lugares, pasó a Egipto para conocer a los monjes del desierto de Nitria y, por fin, se instaló en la ciudad de Belén. Ahí quedaron establecidas tres comunidades de mujeres, en cuya dirección Eustoquio colaboró activamente con santa Paula. San Jerónimo nos ha dejado un relato sobre la vida sencilla y devota que llevaban. Las dos mujeres, que habían aprendido el griego y el hebreo, ayudaron a san Jerónimo en la traducción de la Biblia, conocida como la Vulgata y, a su solicitud, el santo escribió algunos comentarios sobre las Epístolas a Filemón, a los Calatas, los Efesios y a Tito y también dedicó a madre e hija algunos de sus trabajos, puesto que, como él mismo comentó: «esas dos mujeres son más capaces de conformar un buen juicio sobre esos libros que muchos hombres». Aparte de sus tareas intelectuales, santa Eustoquio se ocupaba en mantener limpia la casa, en dar brillo y conservar llenas de aceite las lámparas y en cocinar.

En el año de 403, santa Paula cayó enferma, y Eustoquio consagró su tiempo a cuidarla, sin apartarse de ella más que para ir a la gruta de la Natividad para orar por su salud. El 26 de enero del 404 murió santa Paula, y Eustoquio, «como una niña a quien se trata de arrancar de los brazos que la amparan, a duras penas pudo ser apartada del cuerpo de su madre». Besaba una y otra vez sus párpados cerrados, le acariciaba el rostro, los brazos, el pecho y seguramente hubiese deseado que la sepultaran con ella.

En el 404 sucedió a su madre como abadesa del monasterio. Se encontró con las finanzas del monasterio al borde de la ruina y con innumerables deudas. Pero con la ayuda de san Jerónimo y su propia energía, hizo frente a la situación y logró solucionarla, gracias sobre todo a los socorros económicos aportados por su sobrina, otra Paula, que había ingresado a la comunidad de Belén. En el año de 417, los bandoleros cayeron sobre el monasterio, lo incendiaron y cometieron innumerables ultrajes, sobre todo lo cual informaron al Papa, san Jerónimo, santa Eustoquio y la joven Paula. Eustoquio no sobrevivió por mucho tiempo a aquellos terribles acontecimientos. Sabemos que Eustoquio murió pacíficamente alrededor del año 419, y fue sepultada en la misma tumba que santa Paula, en una gruta vecina al lugar donde nació Jesucristo. Ahí se encuentra hasta hoy la tumba, pero está vacía, y nunca se ha sabido el destino que tuvieron sus reliquias.

Lecturas del 27/09/2022

Job abrió la boca y maldijo su día diciendo: «¡Muera el día en que nací, y la noche que anunció: “Se ha concebido un varón”! ¿Por qué al salir del vientre no morí o perecí al salir de las entrañas? ¿Por qué me recibió un regazo y unos pechos me dieron de mamar?
Ahora descansaría dormiría tranquilo, ahora dormiría descansado con los reyes y consejeros de la tierra que se hacen levantar mausoleos, o con los nobles que amontonan oro, que acumulan plata en sus palacios.
Como aborto enterrado, no existiría, igual que criatura que no llega a ver la luz.
Allí acaba el ajetreo de los malvados, allí reposan los que están desfallecidos.
¿Por qué se da luz a un desgraciado y vida a los que viven amargados que ansían la muerte que no llega y la buscan más escondida que un tesoro, que gozarían al contemplar el túmulo, se alegrarían al encontrar la tumba, al hombre que no encuentra camino porque Dios le cerró la salida?».
Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él.
Puestos en camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?».
Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.

Palabra del Señor.

27 de Septiembre Beatas FRADERA FERRAGUTCASAS

María del Carmen. (1895-1936).
Nació en Riudarenes (Gerona). Ingresó en la Congregación  de las Misioneras del Corazón de María en 1921 en el Noviciado de Mataró (Barcelona). Emitió los votos de pobreza, castidad y obediencia en 1923 en Mataró. Ambas celebraciones las presidió como delegado del Sr. Obispo, el párroco, Josep Samsó, que sería martirizado en 1936.

La Hermana Carmen tuvo como primer destino el Colegio de Mataró, quedándose como encargada de las párvulas menores de cinco años. Todos admiran su dedicación docente realizada con paciencia, caridad y gran cariño. Se distinguió por su amor a Jesús que manifestaba en su cercanía y delicadeza.

Como medida de seguridad y prevención ante la caótica situación de España y los sucesos ocurridos en Julio de 1936, la Congregación dispuso que las religiosas salieran de los Colegios y se dirigieran a sus domicilios paternos o de familiares, vestidas con traje seglar.

Las Hermanas María del Carmen, María Rosa y Magdalena Fradera Ferragutcasas llegaron a Riudarenes, a casa de sus queridos padres, que las reciben con los brazos abiertos y con gran emoción. No les faltará el cariño familiar y podrán seguir las prácticas piadosas, rezando el Oficio Parvo y haciendo meditación y lectura espiritual, a la vez que colaboran en las tareas de la casa y agrícolas de su familia.

María Rosa. (1900-1936). 
Nació en Riudarenes (Gerona). Ingresó en el Noviciado de las Misioneras del Corazón de María de Olot en 1922. Vistió el hábito de la Congregación en 1923 en Olot (Gerona). Emitió los votos de pobreza, castidad y obediencia, en 1924.

Inició su misión apostólica como educadora en Olot. Años más tarde en Santa Coloma de Farners, fue dando testimonio de la cercanía y ternura de Dios, trabajando con los más pequeños. Dentro de sus rasgos personales más característicos sobresalía su alegría, serenidad y sencillez. Con su buen carácter y afabilidad gozaba de la simpatía de todas las hermanas.

Magdalena. (1902-1936). 
Nació en Riudarenes (Gerona). Ingresó en el Noviciado de las Misioneras del Corazón de María de Olot en 1922. Vistió el hábito de la Congregación en 1923, en Olot. En esta misma ciudad emitió los votos de pobreza, castidad y obediencia en 1924. Desarrolló sus primeros trabajos pastorales con gran entusiasmo y amor en Camprodon.

En Cassá de la Selva, en su vivencia comunitaria y en el apostolado destacó por su generosidad y entrega. En todo lo que hacía tenía el don de irradiar paz, alegría y acogida. En su labor docente y en la catequesis sabia trasmitir con sus actitudes la dimensión mariana del carisma.

Fue brutalmente asesinada por varios milicianos –por el hecho de ser religiosa- el 27 de Septiembre de 1936, en el término municipal de Lloret de Mar (Gerona). 

El 25 de Septiembre de 1936 unos cuantos milicianos armados se dirigieron a la casa paterna para realizar un registro y llevarse en dinero “una contribución para la guerra”. Para las hermanas fue el primer aviso. El 27 de Septiembre de 1936, con nocturnidad y alevosía, de madrugada, varios milicianos, armados, se acercaron al domicilio manifestando que iban a buscar a “aquellas”, en nombre del Comité de Gerona, para prestar declaración. Los padres y hermanos hicieron a los milicianos algunos reproches, pero cedieron al fin, a la vez que las tres hermanas religiosas manifestaron: “Si vienen por nosotras abridlos, estamos dispuestas a morir por Cristo.”

Rezaron y se asearon pues “para presentarse ante Dios hemos de ir limpias de cuerpo y de alma”, según afirma Magdalena. Añadiendo después “No nos engañáis, vamos contentas a dar la sangre por nuestro Dios.” A continuación se despidieron de sus familiares y salieron de su casa. Rodeadas por los milicianos, fueron empujadas a un taxi camino del martirio. Las condujeron a un lugar de bosque de encinas llamado Els Hostalets, del término municipal de Lloret de Mar (Gerona) y allí después de numerosas vejaciones y brutalidades, pero defendiendo y conservando su fidelidad a Dios y su virginidad consagrada fueron cruel y vilmente asesinadas a tiros de fusil y de pistola, el 27 de Septiembre de 1936. 

Lecturas del 26/09/2022

Un día los hijos de Dios se presentaron ante el Señor; entre ellos apareció también Satán.
El Señor le preguntó a Satán: « ¿De dónde vienes?».
Satán respondió al Señor: «De dar vueltas por la tierra; de andar por ella».
El Señor añadió: « ¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y honrado, que teme a Dios y vive apartado del mal».
Satán contestó al Señor: « ¿Y crees que Job teme a Dios de balde? ¿No has levantado tú mismo una valla en torno a él, su hogar y todo lo suyo? Has bendecido sus trabajos, y sus rebaños se extienden por el país. Extiende tu mano y daña sus bienes y ¡ya verás cómo te maldice en la cara». El Señor respondió a Satán: «Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no lo toques».
Satán abandonó la presencia del Señor.
Un día que sus hijos e hijas comían y bebían en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a casa de Job con esta noticia: «Estaban los bueyes arando y las burras pastando a su lado, cuando cayeron sobre ellos unos sabeos, apuñalaron a los mozos y se llevaron el ganado. Sólo yo pude escapar para contártelo».
No había acabado este de hablar, cuando llegó otro con esta noticia: «Ha caído un rayo del cielo que ha quemado y consumido a las ovejas y a los pastores. Sólo yo pude escapar para contártelo».
No había acabado de hablar, cuando llegó otro con esta noticia: «Una banda de caldeos, divididos en tres grupos, se ha echado sobre los camellos y se los ha llevado, después de apuñalar a los mozos. Sólo yo pude escapar para contártelo».
No había acabado de hablar, cuando llegó otro con esta noticia: «Estaban tus hijos y tus hijas comiendo y bebiendo en casa del hermano mayor, cuando un huracán cruzó el desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó sobre los jóvenes y los mató. Sólo yo pude escapar para contártelo». Entonces Job se levantó, se rasgó el manto, se rapó la cabeza, se echó por tierra y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor».
A pesar de todo, Job no protestó contra Dios.
En aquel tiempo, se suscitó entre los discípulos una discusión sobre quién sería el más importante.
Entonces Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, tomó de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. Pues el más pequeño de vosotros es el más importante».
Entonces Juan tomó la palabra y dijo: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir».
Jesús le respondió: «No se lo impidáis: el que no está contra vosotros, está a favor vuestro».

Palabra del Señor.

26 de Septiembre Beata LUCÍA DE CALTAGIRONE

En Salerno, de la Campania, en Italia, beata Lucía de Caltagirone, virgen de la Tercera Orden Regular de San Francisco.

Lucía nació en Caltagirone, Sicilia. Sus padres la educaron en la piedad y ella supo maravillosamente corresponder a sus esperanzas. Ellos eran devotos de san Nicolás de Bari y experimentaron varias veces su protección. Un día en que Lucía se subió a una higuera para recoger frutas fue sorprendida por un furioso temporal con granizo y rayos. Un rayo cayó sobre el árbol donde estaba Lucía, la cual se precipitó a tierra medio muerta. En su mente vio perfilarse la figura de un santo anciano, san Nicolás de Bari, quien la tomaba de una mano y la entregaba de nuevo a la familia. 

Hacia los 13 años abandonó su pueblo natal en Sicilia para seguir a una piadosa terciaria franciscana de Salerno. Al poco tiempo se le murió esta guía espiritual y Lucía entró en un convento salernitano de Hermanas que seguían la regla franciscana. Allí se distinguió por la fiel práctica de sus deberes y en especial por el amor a la penitencia, a la cual se había comprometido para expiar los pecados de la humanidad, y sobre todo por una más íntima participación en los dolores de Cristo. Por algún tiempo ejerció el oficio de maestra de novicias. La fama de su virtud se difundió. Muchos recurrían a ella para pedirle oraciones y consejo. Dedicaba mucho tiempo a la oración, a la meditación y a la contemplación de las cosas del cielo. A menudo flagelaba su cuerpo; la desnuda tierra le servía de lecho; un poco de pan y agua eran su sustento diario. 

Los nobles acudían a ella, y ella consolaba a los afligidos, llamaba a penitencia a los pecadores, edificaba a los piadosos. Dios confirmó con prodigios su santidad. Su vida austera, los prolongados y dolorosos sufrimientos minaron su salud. Murió en Salerno.

El culto y la veneración hacia ella siempre fueron extendiéndose en el pueblo salernitano y en las regiones vecinas hasta que el Sumo Pontífice León X el 4 de junio de 1514 concedió en su honor el oficio y la misa.