martes, 31 de agosto de 2010

Lecturas



A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios; en cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo

Hermanos: El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. ¿Quién conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Pues, lo mismo, lo íntimo de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido un Espíritu que no es del mundo, es el Espíritu que viene de Dios, para que tomemos conciencia de los dones que de Dios recibimos. Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos en el lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el Espíritu, expresando realidades espirituales en términos espirituales. A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, mientras él no está sujeto al juicio de nadie. «¿Quién conoce la mente del Señor para poder instruirlo? » Pues bien, nosotros tenemos la mente de Cristo.


Sé quién eres: el Santo de Dios

En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: -« ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.» Jesús le intimó: -«¡Cierra la boca y sal!» El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: -« ¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen.» Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.

Palabra del Señor.

lunes, 30 de agosto de 2010

Lecturas



Os anuncié el misterio de Cristo crucificado

Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.


Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres... Ningún profeta es bien mirado en su tierra

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: -«Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: -«¿No es éste el hijo de José?» Y Jesús les dijo: -«Sin duda me recitaréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo Y’; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.» Y añadió: -«Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.» Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Palabra del Señor.

domingo, 29 de agosto de 2010

Lecturas



Hazte pequeño y alcanzarás el favor de Dios

Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso. Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios; porque es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los humildes. No corras a curar la herida del cínico, pues no tiene cura, es brote de mala planta. El sabio aprecia las sentencias de los sabios, el oído atento a la sabiduría se alegrará.


Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo

Hermanos: Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. Vosotros os habéis acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús.


El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: - «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: “Cédele el puesto a éste.” Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba.” Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. » Y dijo al que lo habla invitado: - «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.»

Palabra del Señor.

Más abajo encontrareis la HOMILÍA correspondiente a estas lecturas.

Homilía


LA HUMILDAD

HUMILDAD Y SOBERBIA

El libro del Eclesiástico o Ben-Sira, último libro del Antiguo Testamento, atribuido a Ben-Sira y escrito en torno al año 50 a.C. tiene hermosas reflexiones sobre la humildad, que recogen el sentir de la época: “Hijo mío, procede con humildad en tus asuntos” “Hazte pequeño en las grandezas humanas y alcanzarás el favor de Dios”, “Dios revela sus secretos a los humildes”.

La humildad nace del reconocimiento de sentirse pequeño y desvalido a los ojos de Dios.
San Agustín afirmaba: “Lo que haces de malo es obra tuya; lo que haces de bueno es mérito de la misericordia de Dios. Por tanto, cuando hagas el bien no te lo atribuyas, y además de no atribuírtelo, da gracias a Dios como un don suyo”.

El humilde muestra su sabiduría aceptando la corrección y considerando positivamente las opiniones de los demás.
Su actitud contrasta con la del soberbio que considera mérito propio todo lo que hace, impone sus opiniones, no se rebaja ante nadie y muestra una conducta arrogante y autosuficiente. Estas personas suelen triunfar en los negocios y en la política, porque la gente considera sus actos como muestra de seguridad en sí mismos y dueños de una fuerte y atrayente personalidad. Es una estrategia triunfadora en amplios sectores de influencia social.
Terminan siendo esclavos de la imagen que venden para ser aceptados.

La experiencia, sin embargo, nos dice que son respetados y temidos, pero no amados.
Me gustaría saber lo que ocurre en su fuero interno, cuando no está en juego su imagen y deben analizar su vida. Estoy casi por asegurar que la mayoría se consideran basura y llenos de defectos.
En consecuencia, el humilde termina desarmando al soberbio y enfrentándole a su baja condición cuando la soledad llama a su puerta y los amigos ocasionales desaparecen.
Y, de igual modo que nos causa hastío y rechazo el comportamiento de grandeza de los nuevos ricos, nos produce admiración el proceder humilde y servicial de los más poderosos.

CUANDO SEAS INVITADO A UNA BODA...

El recurso a bodas y banquetes es constante en la predicación de Jesús, pues la boda era un paréntesis de sana alegría en la mediocridad de una vida anodina y escasa de alicientes. Porque los aldeanos del tiempo de Jesús apenas probaban la carne y, de vez en cuando, algún que otro pez... Por eso, una boda era la ocasión propicia para disfrutar de manjares vedados habitualmente...
Los esponsales reflejaban al buen judío la unión de Yahvé-Dios con su Pueblo; y el banquete era el símbolo del Reino futuro.

El mismo Jesús se presenta en las bodas de Caná como el esposo que regala el vino de la alegría a los invitados y se ofrece a sí mismo (banquete de la Ultimas Cena) como el Cordero que sacia el hambre de los invitados.
Pero pide el traje de fiesta de la reconciliación, y reconocer la primacía sobre nuestra vida.
Desde el lejano Junio de 1977 que viví el I FDS de Encuentro Matrimonial celebrado en Madrid, he tenido decenas de ocasiones de compartir esta experiencia única y singular con cientos de matrimonios a lo largo de múltiples ciudades de la geografía española. Siempre me ha seducido y arrastrado el trabajo con novios y matrimonios.
La pareja humana y el matrimonio son un ejercicio permanente de humildad, si consideramos como tal escuchar al cónyuge, intentar alcanzar sus necesidades fundamentales, respetar su criterio, aceptarlo tal cual es sin manipulaciones, alentar su crecimiento humano y espiritual o afrontar los roces cotidianos de la convivencia como banco de prueba de la real valía de su amor.

La fiesta de bodas en la actualidad es una fuente de preocupaciones y problemas para la mayoría de los novios que, a menudo, deben hacer auténticos malabarismos para no poner juntas en el banquete a personas enemistadas o que no se hablan.
También lo es para numerosos invitados, que ven menguados sus ahorros por “quedar bien”.
Escuchaba hace unos días por TV la media de lo que aporta cada invitado en España: 275 euros.
La sucesión de viandas y bebidas constituye un auténtico despilfarro que hiere la sensibilidad de la gente honesta y con sólidos criterios morales, consciente de las enormes bolsas de pobreza que proliferan en los alrededores de todas las grandes ciudades.
Las parejas de hoy en día- ahora menos, por la crisis económica- acceden al matrimonio con todas las comodidades en el hogar y endeudadas hasta la “orejas”. Lo cual les obliga a trabajar los dos, con escasos momentos para la convivencia. El cansancio, la apatía, el aburrimiento... se va apoderando de ellas, y se va deteriorando la relación por falta de diálogo y comunicación.
¡La flor de la vida consumida por disfrutar de un confort que no es real!
Vale más construir juntos un ideal que convertir en materia todo lo que tocamos. Nos pierde la vorágine de la vida.
Y, si no tenemos tiempo para el cónyuge, la familia y los amigos, tampoco lo tendremos para Dios. Es como la pescadilla que se muerde la cola.

DICHOSO TÚ SI NO PUEDEN PAGÁRTELO

Conozco parejas que, en la celebración familiar de su boda, sencilla y alegre, han ofrecido una comida suficiente y sin alardes a sus invitados, a quienes previamente advirtieron que sus donativos se destinaban para un proyecto de ayuda a los necesitados.
¡UN BONITO GESTO!
Es mejor arrostrar así, ligeros de equipaje, los retos del presente y de futuro, pero con la fuerza del amor que es capaz de comenzar de cero y asumir en comunión los retos, los fracasos, lo logros, los conflictos y los detalles imprevistos, que son la quintaesencia de todo buen matrimonio.
Creo que ésta es una alternativa válida a la “SOCIEDAD DEL BIENESTAR”, cada vez más en entredicho.
Canalizar el amor desde la corriente que surge de la gratuidad es la gran propuesta de Jesús para ser feliz.
NO OLVIDEMOS ESTA LECCIÓN, APRENDIDA DESDE LA EXPERIENCIA PERSONAL.

sábado, 28 de agosto de 2010

Lecturas



Dios ha escogido lo débil del mundo

Hermanos, fijaos en vuestra asamblea, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención. Y así -como dice la Escritura- «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor».


Como has sido fiel en lo poco, pasa el banquete de tu Señor

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: -«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.” Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos.” Su señor le dijo: “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor. “Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabia que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.” El señor le respondió: “Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabias que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes.”»

Palabra del Señor.

viernes, 27 de agosto de 2010

Lecturas



Predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los hombres, pero para los llamados a Cristo, sabiduría de Dios

Hermanos: No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación -para nosotros es fuerza de Dios. Dice la Escritura: «Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces.» ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo? Y como, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados a Cristo -judíos o griegos-, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.


¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: -«Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: ¨ ¡Que llega el esposo, salid a recibirlo! Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: “Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.” Pero las sensatas contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis.” Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: “Señor, señor, ábrenos.” Pero él respondió: “Os lo aseguro: no os conozco.” Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»

Palabra del Señor.

jueves, 26 de agosto de 2010

Lecturas



Por él habéis sido enriquecidos en todo

Yo Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor nuestro. ¡Y él es fiel!


Estad preparados

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, andándolo a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»

Palabra del Señor.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Lecturas



El que no trabaja, que no coma

En nombre de nuestro Señor Jesucristo, hermanos, os mandamos: no tratéis con los hermanos que llevan una vida ociosa y se apartan de las tradiciones que recibieron de nosotros. Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar. Cuando vivimos con vosotros os lo mandamos: El que no trabaja, que no coma. Que el Señor de la paz os dé la paz siempre y en todo lugar. El Señor esté con todos vosotros. La despedida va de mi mano, Pablo; ésta es la contraseña en toda carta; ésta es mi letra. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros.


Sois hijos de los que asesinaron a los profetas

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: -« ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres! »

Palabra del Señor.